Los autores del Informe gubernamental sobre el impacto de la tecnología digital en los niños, plantean 107 propuestas en ámbitos muy dispares. Si bien no existen recetas fáciles, hay que tener en cuenta que Australia ha promovido hace poco una ley de prohibición de acceso a las redes sociales a menores de 16 años. También están ya activas en algunos países medidas de prohibición de los dispositivos en centros escolares, principalmente en infantil y primaria. Pienso, no obstante, que cuando de la educación se trata, más vale siempre prevenir que prohibir. Ante prácticas normalizadas como el uso indiscriminado de la nueva tecnología, la base es la educación integral de la persona que pasa por una propuesta de criterios éticos básicos, que permita discernir el uso correcto o incorrecto de los dispositivos.
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