Los nuevos aranceles tienen implicaciones potencialmente compensatorias para la política monetaria. Un aumento de la inflación a corto plazo tendería a retrasar nuevos recortes de las tasas de interés, mientras que el posible lastre para la actividad y los mercados laborales sugeriría recortes más rápidos y posiblemente un destino final más bajo para la tasa de política monetaria.
En general, creemos que la combinación de una inflación pospandémica aún elevada, la fortaleza de la economía estadounidense al entrar en este periodo y las implicaciones compensatorias de los aranceles para el doble mandato de la Fed probablemente mantendrán a la Fed en suspenso por ahora. El aumento de la incertidumbre aboga por un descenso más lento a la neutralidad, y no nos sorprendería ver a la Fed mantener los tipos estables durante todo el año a la espera de más claridad. Sin embargo, un deterioro más material en el mercado laboral o en la actividad económica podría llevar a la Fed a recortar más agresivamente. Seguimos creyendo que las probabilidades de que la Fed suba los tipos a partir de ahora son relativamente bajas.
Las implicaciones para otros bancos centrales son más claras. Si bien es probable que se produzcan algunas represalias que aumenten los niveles de precios en las economías afectadas, es probable que el lastre para la actividad económica derivado del aumento de la incertidumbre comercial mundial y el impacto más directo del menor comercio en las economías con superávit sean una preocupación mayor para los banqueros centrales. En caso de aranceles más altos, esperamos que el Banco de Canadá se centre en apoyar el crecimiento con recortes más rápidos. Para el Banco de México (Banxico), también es probable que el sesgo se corte más rápidamente, aunque la velocidad y magnitud del ajuste cambiario será una restricción importante.
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