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El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha encendido las alarmas en el comercio internacional. Su política proteccionista, basada en la doctrina “América primero”, está generando una fuerte tensión con países clave y amenaza con desatar una guerra comercial a nivel global. Ante esta situación, España tiene una oportunidad única para potenciar su autosuficiencia y reducir su dependencia del comercio exterior.
Los nuevos aranceles tienen implicaciones potencialmente compensatorias para la política monetaria. Un aumento de la inflación a corto plazo tendería a retrasar nuevos recortes de las tasas de interés, mientras que el posible lastre para la actividad y los mercados laborales sugeriría recortes más rápidos y posiblemente un destino final más bajo para la tasa de política monetaria.
Estamos muy centrados últimamente en las guerras comerciales. No son baladíes, sino sustancia esencial y constitutiva de la realidad geopolítica. La supremacía tecnológica es la antesala de cualquier otra supremacía, resumido ello en lo que se denomina, o al menos se denominaba, hegemonía.
Apenas medio mes ha transcurrido desde de su regreso a la Casa Blanca y la administración Trump ya ha empezado a mover ficha, y los mercados han tomado buena nota. La rapidez en la aplicación de algunas de sus promesas, como la imposición de nuevos aranceles, confirma la urgencia con la que el presidente quiere marcar su impronta antes de las elecciones de mitad de mandato en 2026.
Ayer y hoy he estado muy pendiente de los noticieros para conocer el rumbo que tomarán los acontecimientos relacionados con los aranceles impuestos por Estados Unidos a México. Navego de un medio a otro, leyendo sobre las repercusiones de esta medida.
Una de las políticas económicas más destacadas que se prevé que implemente Trump son los aranceles a la importación. Como ocurre con casi todo en economía, los efectos de esta medida a medio y largo plazo son difíciles de prever con exactitud.
La Unión Europea proyecta imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China a partir de octubre. Si los Estados miembros aprueban la medida, los gravámenes se sumarían a los derechos de importación del 10% que ya se aplican para proteger mediante aranceles la producción local frente a las importaciones chinas injustamente subvencionadas.
Veinticuatro Procuradoras y Procuradores, han presentado a título personal, escrito ante el Tribunal Supremo, anunciando la interposición de Recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo contra el RD 307/22 de 3 de mayo por el que se modifica el RD 1373/2003 de 7 de noviembre por el que se aprueba el Arancel de Derechos de los Procuradores de los Tribunales.
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