| ||||||||||||||||||||||
Las idas y venidas arancelarias de Trump complican aún más la evaluación de las perspectivas económicas de la eurozona. Sin embargo, la tarea del BCE debería ser mucho más fácil que la de la Fed, y la mayoría de los datos macroeconómicos sugieren que se avecinan más recortes.
El precio del oro ha marcado recientemente una sucesión de récords: en 2024 se registraron 40 nuevos máximos y el precio del oro en dólares subió un 19% en el primer trimestre de este año, el mayor incremento trimestral desde 1986. Estas ganancias obedecen al papel que desempeña el oro como refugio en tiempos de incertidumbre y como activo diversificador de las carteras.
El final del año 2024 y el comienzo del 2025 han sido bastante particulares: la estable democracia coreana queda perpleja ante el comportamiento del presidente Yoon Suk-yeol, Rumanía se topa nuevamente con su encrucijada, y tanto Alemania como Francia atraviesan unas inéditas crisis políticas.
El Consejo de Ministros aprobó esta semana mediante Real Decreto-Ley, el primer paquete de medidas del plan de respuesta ante la imposición de aranceles a la UE por la administración del presidente Donal Trump. Desde UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España), expresamos nuestra preocupación ya que en estas medidas no se menciona explícitamente al colectivo autónomo, que enfrentará graves retos económicos derivados de esta crisis.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos (EEUU) acaba de amenazar, de manera directa, al presidente Pedro Sánchez durante su viaje a China. Nuestro apoyo y respaldo al presidente del Gobierno de España frente a tales amenazas mafiosas. Estamos de su lado.
Las insolvencias podrían aumentar hasta un 6% en 2025 a nivel global debido a los efectos de la guerra comercial tras el anuncio de los nuevos aranceles por parte de la Administración estadounidense. Se prevé que el aumento de los aranceles repercuta en una mayor inflación y un retraso en la relajación monetaria. Estos factores suponen un riesgo significativo para el comportamiento de los impagos.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre el renacimiento de los nacionalismos proteccionistas y su correspondiente economía del miedo, tomando como objeto de análisis el caso de los Estados Unidos desde una mirada crítica, filosófico-política.
Las decisiones arancelarias unilaterales de Donald Trump se cumplieron como una profecía, lo mismo que las réplicas esperables de las demás potencias de cara a esta guerra comercial y tecnológica explícita. Argentina es una de los territorios expósitos que quedaron a merced de la propia debilidad del rumbo aperturista elegido, otra de las graves catástrofes que suma un gobierno de nula imbricación con la ética política.
Aclaremos el panorama. Si el presidente de la única superpotencia realmente existente lanza su ofensiva mundial de aranceles clamando -como si fuera un muy debilitado llorica- “nos han engañado durante más de 50 años, (…) América empezará a ser rica de nuevo”, desvela dos realidades. Una, que la hegemonía estadounidense realmente camina hacia su ocaso mundial. Y dos, que su burguesía monopolista apuesta por golpear a los países y pueblos del mundo.
La histórica declaración de guerra comercial y arancelaria promulgada por Estados Unidos está ya pasando factura a las medianas empresas de nuestro país, según refleja la última edición del International Business Report (IBR), el estudio global que elabora Grant Thornton para medir las expectativas y preocupaciones del middle-market a nivel mundial.
UNESID, la Unión de Empresas Siderúrgicas, ha participado en la reunión convocada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa, junto a otros representantes de sectores industriales, para abordar las consecuencias de la entrada en vigor de los nuevos aranceles estadounidenses al acero.
Los nuevos mandatarios surgidos de los procesos electorales son débiles por principio, de ahí la propensión de derivar la base de su poder hacia el autoritarismo, pero dado el estado actual en la vía de progreso no es tarea fácil. Promover el desorden para restablecer el orden es una estrategia seguida desde los primeros tiempos para reafirmar el protagonismo de los dirigentes.
El dos de abril. Esa es la fecha que el nuevo colonialista americano ha decidido llamar como el «Día de la liberación». Con ello, el actual presidente americano Donald Trump pretende simbolizar el cambio drástico en la política económica americana. Su estandarte, la implementación de aranceles a la mayoría de los países que pretendan vender sus productos en el interior de las fronteras americanas.
La imposición de aranceles por Trump podría desembocar en una guerra comercial que tendría como efectos colaterales una desbocada inflación, una contracción del consumo interno, un peligroso coqueteo con la recesión de las economías tractoras mundiales para el 2026 y el riesgo evidente de un nuevo 'crash' bursátil.
Donald Trump ha encendido la mecha de una guerra comercial global, al imponer aranceles desmesurados a las importaciones de prácticamente todos los países. Con un aumento de la tasa arancelaria con promedio hasta el 22%, la más alta en más de un siglo, el presidente apuesta por una política proteccionista que, lejos de beneficiar a Estados Unidos, podría provocar efectos devastadores en su propia economía.
La imposición por parte de EE.UU. de aranceles al acero y aluminio procedente de la Unión Europea y las contramedidas anunciadas desde Bruselas han marcado el inicio de la guerra comercial transatlántica. Se prevé como escenario de referencia que en 2025 Estados Unidos aplique aranceles entre el 10% y el 25% sobre diversos productos europeos que serán contestados de forma rápida y contundente por los líderes europeos con la esperanza de obligar a EE.UU. a negociar.
El anuncio de Donald Trump de imponer aranceles al sector agroalimentario europeo a partir del próximo 2 de abril ha puesto en alerta a toda la industria. Sin embargo, y a diferencia de su primera legislatura, la robustez del sector, especialmente en España, y la creciente interdependencia de la industria norteamericana, sitúan a Estados Unidos en una posición de partida menos confortable para una guerra comercial.
Trump ha anunciado una serie de aranceles que prometen remodelar las dinámicas comerciales internacionales. Los aranceles pueden llegar a tener un impacto significativo en las compras diarias de los consumidores. Por ejemplo, si se imponen sobre productos importados, como electrónica, ropa o alimentos, entre otros, el coste de estos productos en las tiendas aumentará y el consumidor tendrá que pagar más por los mismos artículos que antes compraba a un precio menor.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha encendido las alarmas en el comercio internacional. Su política proteccionista, basada en la doctrina “América primero”, está generando una fuerte tensión con países clave y amenaza con desatar una guerra comercial a nivel global. Ante esta situación, España tiene una oportunidad única para potenciar su autosuficiencia y reducir su dependencia del comercio exterior.
Los nuevos aranceles tienen implicaciones potencialmente compensatorias para la política monetaria. Un aumento de la inflación a corto plazo tendería a retrasar nuevos recortes de las tasas de interés, mientras que el posible lastre para la actividad y los mercados laborales sugeriría recortes más rápidos y posiblemente un destino final más bajo para la tasa de política monetaria.
|