Son esperanzadoras las noticias sobre el final de la guerra de Ucrania y la paralización de la de Israel-Gaza, iniciada tras el ataque terrorista de Hamás a Israel.
Trump se ha presentado con aires de paz, y se le ha dado fe porque, en su anterior estancia en la Casa Blanca, siguió una política de pacificación de conflictos, como no se había visto en sus inmediatos antecesores ni en su sucesor. La gente sensata y de buen corazón se alegra con la esperanza de una pronta era de paz que detenga la matanza de tantos soldados y devuelva a sus casas a los muchos ucranianos que se vieron forzados a emigrar. Quizá, la buena noticia no la reciban todos por igual: me refiero a aquellos políticos que atizaron esa guerra “con pólvora de rey”, y a quienes hayan estado detrás, lo que llevó a una dura “ crisis inflacionaria” a Europa y, también, a Estados Unidos.
El Vicepresidente, J:D.Vance ha hablado en Munich en una Conferencia de Seguridad. Sus palabras escuecen a los líderes europeos; pero, como afirman algunos observadores, la mayoría, debilitados y divididos, poco pueden maniobrar frente a la administración Trump”. No dudo de que la mayoría de europeos, como de estadounidenses, se sienten aliviados con la llegada de un poderoso e independiente líder con un mensaje a favor de la libertad de expresión y de la libertad religiosa, en un momento en que la sociedad occidental, que se llamó y fue cristiana, ha tomado una deriva contraria.
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