Los tres sistemas capitalistas más influyentes del mundo, EEUU, Japón y Europa, formaron la trilateral en 1973 con el objetivo de buscar el entendimiento y la cooperación entre las tres potencias y una defensa de la liberalización comercial y financiera, eliminando cualquier obstáculo a la internacionalización del capital. Por otra parte, nació el Club de Roma, para asustarnos y avisarnos de los peligros que corre la civilización actual en su relación con la naturaleza y el género humano, y todo ello fundamentado sobre tres pilares: fe ciega en el mercado, en el dinero y en el consumo, y además, tres mandamientos: rentabilidad, oferta y demanda. Todo para desarrollar un capitalismo universal, que por muy evidente había que obviarlo y denominarlo globalización.
Los sistemas capitalistas del mundo, incluido el socialdemócrata europeo, unificaron criterios para evolucionar hacia el tipo de capitalismo depredador de los EEUU. Recapitulemos: Trilateral, Club de Roma, G-8, ONG’s..., están al servicio del nuevo imperialismo, para dejar a salvo al verdadero artífice de las crisis: las élites. ¡Parece que la catástrofe la tenemos encima!
Pero las élites también se están asomando al borde del abismo, y se van asustando porque van interpretando que “su Estado” podría estar en fase de disolución, ya que la ciudadanía cada vez es menos tonta, no se deja engatusar, es menos incrédula.
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