Muy malas deben estar las cosas en el PSOE andaluz, como ocurre en casi toda España, para que hayan tenido que cambiar el color corporativo en el congreso de Armilla celebrado el pasado fin de semana. Y es que, el rojo vivo tradicional, lo han tornado en verde y blanco, para tratar de disimular que siguen siendo los mismos de los últimos tiempos. Y, para más inri, han tenido el gran desacierto de sacar la momia política del inhabilitado Chaves para enardecer a los militantes, uno de los cuales me ha confesado que ha sido una torpe decisión.
Me ha dicho también, mi confidente, que tampoco le ha gustado el regreso de la chabacana Marisú a Andalucía; que le sobran mentiras, aspavientos, abrazos desmembrantes y palabrería hueca. Yo no he querido añadir nada más a sus manifestaciones; tan solo le he dicho: no vas mal encaminado.
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