En esta ocasión tengo que decir que creo que es la última novela que leo de esta autora. Entiendo que Redondo viene cosechando un éxito inconfundible desde su primera trilogía y tiene sus adeptos y es ese tipo de autores que, escriba lo que escriba, siempre gusta.
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Contexto
Nos encontramos con la doctora en psiquiatría forense Nash Elizondo quien, junto a sus compañeros de espeleología, Mikel, Julio y Xabier, localizan el cadáver de una chica en la sima de Legarrea. Un lugar lleno del misticismo propio de la zona y de las historias que escribe Redondo. Este hallazgo obliga a reabrir una investigación que combina métodos científicos con el estudio de los misterios ancestrales de la región.
La víctima es Andrea Dancur, una joven desaparecida tres años antes, cuyo caso conmoción al mundo; con similitudes más que evidentes al caso Rocio Wanninkoff desde las extrañas circunstancias en las que ha sido supuestamente la niña como la sospechosa que fue juzgada, la pareja homosexual de la madre, en este caso Salomé recuerda a Dolores Vázquez.
Estructura narrativa
El arranque es brutal y engancha pero nuevamente pasadas las primeras páginas, nos encontramos con el estilo habitual de la autora que, en plena pandemia, y momentos previos al confinamiento fallece su madre y ésta le deja un secreto por descubrir. En este recorrido, aparece Amaia Salazar, que ayudará a la psiquiatra en su investigación sobre las circunstancias del crimen Dancur.
Elizondo deberá llevar a cabo un interrogatorio extraoficial a todos los que formaban parte del entorno de Andrea desde una perspectiva más humana, más emocional, tratando de conectar con el alma de esos familiares.
Valoración personal
Sin embargo, no me ha gustado.
La presencia constante de Amaia recurriendo a la trilogía del Baztán hace que la novela pierda fluidez así como el hecho de que la propia Dolores Redondo se mencione así misma a lo largo de toda la novela, dándose una notoriedad y una relevancia de un modo narcisista inapropiado de una autora. Solapa innecesariamente la trama principal. No he visto nunca ningún autor que haga eso.
La narración es adecuada y Redondo es una autentica maestra en recrear misterios y atmosfera inquietantes cargadas de misticismo pero pierde el rumbo constantemente.
Se abren demasiadas subtramas que no se cierran y no aportan nada, restando fluidez e intensidad a la historia. Tampoco me ha convencido el hecho de que se establezcan unas competencias profesionales en el personaje de Nash que no le corresponden, prácticamente es psiquiatra, doctora forense, médico de familia, matrona y si le dejas, alcaldesa de la ciudad. No entiendo la necesidad de aplicarle capacidades que exceden de su profesión principal y de meterla con calzador en todas las situaciones. La relación de Nash con las de la funeraria tampoco la he entendido y se queda como a medias.
Y el final me parece que se cierra de forma abrupta.
Conclusión
Hay más de 200 páginas de total relleno entre la primera parte de la trama en la que nos presenta el secreto de su madre respecto a sus orígenes y ascendencia, cosa que me parece interesante, hasta que lo retoma prácticamente al final, cuando el lector ya se ha olvidado. Creo que la estructura narrativa está mal planteada.
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