El fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos.
Errática política económica de Trump
La disruptiva política económica de Donald Trump ha provocado que impere la incertidumbre, una fuerte volatilidad en las Bolsas y un empeoramiento de las expectativas de consumo e inversión. En consecuencia, la Fed mantiene los tipos en el rango entre el 4,25% y el 4,50% pues estima ahora para el 2025 una inflación mayor y un crecimiento del PIB menor respecto al escenario de diciembre. Sin embargo, la imposición de aranceles por Trump podría desembocar en una guerra comercial que tendría como efectos colaterales una desbocada inflación, una contracción del consumo interno y un peligroso coqueteo con la recesión para finales del 2025.
Asimismo, una desbocada inflación en EEUU podría acelerar la subida de tipos de interés del dólar en el 2026, haciendo que los inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial y derive en una psicosis vendedora que podría desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil.
Riesgo de estanflación
Una inflación desbocada conlleva la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y funcionarios, la contracción del consumo interno así como la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas. Asimismo, podría provocar en un futuro mediato una desertización productiva que fuera incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos y la posterior estanflación.
El término estanflación supone la combinación de una inflación desbocada y un escenario de recesión económica (una economía entra en recesión técnica después de dos trimestres de caídas consecutivas del PIB nacional según el FMI). Es un término acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian McLeod que utilizó la palabra “stagflation”en un discurso ante el parlamento Británico y una economía tractora como Alemania estaría ya coqueteando con la estanflacion.
Se trata de una de las más peligrosas combinaciones para la economía ya que ambos elementos distorsionan el mercado y la terapia de choque para combatir el estancamiento económico tiene como efecto secundario el incremento de la inflación. Así, para incentivar el consumo y salir de la recesión se requieren terapias basadas en la expansión fiscal y monetaria, medidas que a su vez generan más inflación lo que al final deviene en un círculo explosivo pues conlleva incrementos del precio del dinero por parte de los Bancos Centrales que provocarán la asfixia económica de incontables países con una Deuda Pública estratosférica.
Ello, aunado con el crecimiento exagerado de los precios del crudo y energéticos, forzará a los países a adoptar políticas de decrecimiento con la subsiguiente contracción del comercio mundial y que provocarán el finiquito de la globalización económica.
Ello tendrá como efectos colaterales el fin del turismo de masas, el retorno de las empresas deslocalizadas y la entronización de la economía circular y de los productos de etiqueta ECO que terminarán por perfilar el retorno a los compartimentos económicos estancos en el horizonte del próximo quinquenio.
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