Ya han pasado más de año y medio desde que el Dr. Vladímir Cerrón fue condenado luego se tornó en prófugo de la justicia. Sus adeptos insisten en que él es un perseguido político y que prototípicas va a poder ser candidato para llegar a la presidencia en 2026.
En el exterior Perú Libre afirma que Cerrón es perseguido por el fascismo, pero en el país no se atreven a decir ello, pues su partido está en alianza con la ultraderecha con la cual comparte la mesa directiva congresal. Para el cerronismo el mayor enemigo es la "caviarada" y contra ella se deben hacer acciones conjuntas con el fascismo en contra de esta.
"Caviar" es, según cualquier diccionario del mundo, un platillo hecho de huevecillos. Sin embargo, este término ha sido apropiado por el fujimorismo para referirse a todos sus enemigos desde finales de su dictadura de los noventas. Hace más de medio siglo las izquierdas radicales de Francia se burlaban de los "socialistas" moderados que les gustaba el caviar, el champán o la limusina. En todo momento, los revolucionarios franceses demandan a los socialdemócratas a no tranzar con la derecha y nunca se aliaron a los reaccionarios en contra de la socialdemocracia.
No obstante, el fujimorismo se apropió deformadamente de ese concepto y lo privatizó para sus propias conveniencias. Mientras a las izquierdas radicales las tildaban de "terroristas", a todo el resto del espectro político opositor (desde Toledo hasta sindicalistas) les insultaban como "caviares". Cualquiera que defendiese a la lucha anticorrupción o los derechos humanos, femeninos, medioambientales, indígenas o de los LGTB era y sigue siendo denigrado como "caviar".
El cerronismo, al convertir al "caviarismo" en su enemigo principal, renegó de cualquier forma de marxismo, para el cual su enemigo principal es el capitalismo, el imperialismo, la oligarquía o la reacción. Con ello pasó a convertirse en un tonto útil del fujimorismo.
El pacto anti-caviar Fujimori-Cerrón fue diseñado para embestir juntos contra todo fiscal, juez o periodista que quisiera moralizar al país. Cuando Keiko despotrica contra el juez Richard Concepción Carhuancho, los fiscales Rafael Vela o Domingo Pérez y el periodista Gustavo Gorriti (a quien ella acusa de ser meros "operadores políticos"), el cerronismo trata de demolerlos como sea.
Cerrón se queja de que nadie en la izquierda se solidariza contra su "persecución". Esto se debe a que su argumento no cuenta con mucho fundamento. Cuando varias bancadas buscaron remover al ministro del interior, Juan José Santibañez, Perú Libre fue el grupo parlamentario que más se opuso a ello. Es más, cuando Fuerza Popular voto a favor de despedir a dicho ineficaz ministro, PL le acusó de haberse caviarizado o ser una "fuerza caviar".
¿Cómo se explica que durante más de 10 meses de gestión Santibañez no es capaz de detener a Cerrón, mientras que sus huestes llaman a defender a dicho ministro ante cualquier remoción? ¿No seria ello una confesión de parte de que habría algún tipo de acuerdo entre dicho incapaz ministro y Cerrón?
Cerrón se ha opuesto a tres mociones de vacancia contra Dina, algo que sigue planteando hoy. Es más, PL hasta se niega a desplazar al primer ministro Gustavo Adrianzén. Todo ello demuestra que hay un acuerdo tras bambalinas con la dictadura, mientras que los cerronistas son los únicos que dicen que tanto su jefe como Nicanor Boluarte (el hermano mayor y cabeza de la presidenta) son "perseguidos de los caviares".
La supuesta conspiración caviar no tiene sentido algunos. Pues fiscales y jueces "caviares" han sancionado al primer presidente "caviar" del Perú (Alejandro Toledo) a estar en el penal así como que han sentenciado a la ex alcaldesa "caviar" de Lima, Susana Villarán.
Cerrón habla de persecución política, pero sus congresistas avalan la inhabilitación política de los expresidentes Martín Vizcarra y Francisco Sagasti y del expremier Salvador Del Solar. La bancada de PL votó a favor del golpe contra Pedro Castillo y luego para desbancar a la exprimera ministra Betssy Chávez, con lo cual facilitaron que ella acabe en el penal. Nunca algún parlamentario cerronista ha ido a visitar a Castillo a prisión ni ha demandado su liberación o restitución.
PL podrá negar las constantes denuncias de que el "cofre" (el auto blindado presidencial) fue a una playa del sur de Lima para sacar a Cerrón y evitar que sea atrapado, pero sus acciones demuestran un gran contubernio con Dina, su primer ministro y su ministro del interior.
Conocido como el "prófugo menos buscado" de la historia nacional, el Dr. Cerrón envía cientos de mensajes por semana en las redes sociales. Aparece en directo ante la TV o hace entrevistas a periódicos. Algunos congresistas reconocen haber recibido llamadas suyas. Él sigue siendo el hiperactivo Secretario General de su partido, lo que implica que diariamente estas en contacto permanente con la mayoría de sus bases regionales o su bancada.
Nada de esto escandaliza al Congreso, el cual presta sus instalaciones para los conclaves de Perú Libre (un partido que tiene más de 100 cuadros rentados con dineros congresales). El único vicepresidente del Congreso que ha sido reelecto para su cargo (Waldemar Cerrón, hermano y mano derecho del jefe de PL) suele aparecer con la imagen de Vladímir en un cuadro de su oficina parlamentaria o en su polo, lo mismo que ocurre con los 11 congresistas de su bancada. Pese a que Cerrón se reclama perseguido nadie de la derecha parlamentaria objeta ello. Al contrario, el fujimorismo quiere liberarse de acusaciones en su contra aliándoselas con el cerronismo.
Pocas horas después de que la justicia sentenciara a Cerrón, se inició la guerra de Gaza. Durante los últimos 18 meses decenas de altos mandos de Hizbola y Hamás han sido asesinados, mientras que decenas de millares han muerto. En ese mismo lapso, Cerrón actual con casi toda plena libertad sin que nadie le arreste a él o a cualquiera de sus allegados. Cualquier policía seria del mundo que quisiera hallarlo bastaría con rastrear sus comunicaciones o a quienes le deben dar apoyo logístico.
No estamos planteando que el Estado le aprese, sino que queremos evidenciar de que parece que no hay ninguna predisposición por parte del régimen a hacer ello. Por lo demás, el propio Cerrón demuestra que no quiere la caída de Dina, de su premier ni de sus ministros del interior.
Ahora Cerrón se jacta de que viene resolviendo varios juicios con lo cual va a poder ser candidato. Esto no significa que sea inocente de los cargos imputados, sino de que él ha logrado favorecerse siempre gracias al Tribunal Constitucional (que fue electo con los votos de su partido y de sus aliados derechistas).
Mientras el fujimorismo ha logrado sacar a varios pesos pesados de la cerrera presidencial (Antauro Humala, Pedro Castillo, Vizcarra, Sagasti, Del Solar), sus congresistas llaman a que Cerrón pueda ser candidato. Para la ultraderecha el cerronismo le va a ayudar a desacreditar, confundir y dividir a la izquierda.
El cerronismo no es un perseguido político, sino que ayuda al fujimorismo a perseguir candidatos presidenciales con cierto arraigo y personalidades de la justicia que pueden ser contrapuestos a las mafias.
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