“Abrazando la vida, construimos esperanza”. Este era el lema con el que la Iglesia en España celebró, hace justamente un mes, la Jornada por la Vida, coincidiendo con la solemnidad de la Encarnación. En un contexto de invierno demográfico, los obispos pedían “políticas públicas que no solo protejan a las familias, sino que favorezcan un entorno económico y social propicio para que los jóvenes puedan formar familias” estables. La precariedad laboral y la dificultad de acceso a la vivienda suponen un desafío, pero el mensaje recuerda que igualmente necesario es “promover una cultura que valore el amor conyugal” y permita redescubrir la maternidad y la paternidad como “verdadera vocación que debe ser apoyada y celebrada” por toda la sociedad.
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