Los mercados bursátiles han reaccionado con tranquilidad ante el inédito cero energético vivido en España durante la jornada del lunes. Pese a la magnitud del shock, es importante subrayar la estabilidad de los mercados, tanto el lunes, cuando el Ibex 35 cerró la sesión en positivo y no se detectaron señales de tensión en el mercado de la deuda soberana, como en el inicio de la jornada posterior, donde los retrocesos del selectivo se pueden considerar como parte de los ajustes habituales del mercado. Eso sí, el volumen de negociación terminó el lunes cerca de los 1.400 millones de euros, lo que supone un descenso del 35% con respecto a la sesión del viernes.
Esto sugiere dos cosas. Primero, que los inversores perciben este evento como puntual, sin derivadas inmediatas sobre beneficios empresariales o sobre la estabilidad macro. Segundo, que existe una fuerte confianza en la capacidad del Estado y las empresas para contener y responder a este tipo de disrupciones.
No obstante, no podemos ignorar los riesgos latentes. Si el origen del apagón hubiera sido un ciberataque, se abriría un nuevo frente de vulnerabilidad que podría cambiar el perfil de riesgo-país, lo que podría generar una revisión en la valoración de empresas expuestas a infraestructuras críticas o tecnologías sensibles.
Al mismo tiempo, es evidente que la recuperación del suministro no ha sido tan rápida como cabría haber esperado y pone en el punto de mira la infraestructura nacional. Desde un punto de vista económico, calcular el impacto en el PIB es elevadamente complejo por la multitud de factores a tener en cuenta. Pero, tomando como base los datos del PIB en 2024 y asumiendo que el impacto no fue homogéneo y ni afectó a la totalidad de la jornada laboral, podría situarse en un rango de 1.500 a 2.000 millones de euros, considerando la pérdida de productividad en sectores clave durante una jornada laboral completa.
Por ahora, la prudencia y la calma son las mejores consejeras. Seguimos vigilando muy de cerca tanto la evolución técnica del evento como sus posibles implicaciones geopolíticas y sectoriales. A nivel de inversión y pese a estos acontecimientos, seguimos teniendo un Ibex en su versión “total return” en zona de máximos históricos en un contexto global de cierta consolidación tras las últimas semanas de volatilidad.
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