Pilar Muñoz Aguilar, licenciada en Filología Inglesa, crítica literaria, profesora de enseñanza secundaria, autora de diversos artículos y antologías, acaba de publicar su cuarto poemario, Luciérnagas en Manhattan (Trifaldi, 2025), tras Almanaque Celeste (2015), Fragmentos de Luz (2018) y El murmullo del césped (2019).

El viaje a la gran manzana, el día de su cumpleaños permite a Pilar Muñoz Aguilar mirar Manhattan con ojos de poeta y no de turista. Justo antes de anochecer, desde la quinta avenida, desemboca en Central Park, donde ve cientos de luciérnagas en un espectáculo espléndido que permite comparar la luz cegadora de la ciudad con la sutil y delicada belleza de la naturaleza, representada en esas luciérnagas que son también símbolo de la sencillez frente a la ciudad rica y opulenta que, en sus contrastes, muestra el desamparo de muchos de sus habitantes. Es entonces cuando la sensibilidad poética se ve estimulada por cada leve acontecimiento, que puede desencadenar un recuerdo del pasado, o del presente, y que conduce a esos corredores por los que aún deambula la infancia. A veces un cambio luz, el cristal de una ventana, una brisa, una taza de té, la llegada de la noche, pueden ser el desencadenante de una íntima melancolía: “Me duele la noche/ en su larga incógnita de pétalos/ mordidos por las sombras.” (pág. 17).
Una poesía llena de imágenes y sinestesias nos abre los ojos a la sorpresa de lo cotidiano: una ciudad mil veces vista adquiere una nueva dimensión en la visión melancólica de la poeta, que trasciende hasta convertirla en símbolo, también del paso del tiempo. “Tiendo la ropa sin prisas, / asumiendo la amable calidez/ de sus tiernas hechuras, / su perfume. / En mis dedos tiemblan como azogue/ las formas diminutas/ evanescentes, / que el tiempo muda/”. Lo nimio, y de apariencia intrascendente se opone (o concreta) a la eternidad.
“La impresionante contundencia de esos edificios magníficos, por otra parte, casi siempre apuntalados por andamios, contrasta, como si fuera una impresionante alegoría, con las notas musicales del Smoke jazz club de Harlem, y los negros derramados en el metro a la vuelta del trabajo, como muestra de un sistema desigual y desequilibrado que desatiende al ser humano. Es otra forma de ver el desgarro que producen los contrastes de la gran ciudad y que nos recuerda a Poeta en Nueva York. Me he cruzado con hombres/ desahuciados que arrojan sueños al/ hormigón sombrío del ocaso”. Nos dice en un momento la poeta, en Séptima Avenida.
Pilar firmará en el primer fin de semana de la Feria del Libro de Madrid.
Luciérnagas en Manhattan Ed. Trifaldi. 12 €.
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