El ruido, omnipresente en nuestras vidas, se ha convertido en un enemigo silencioso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.500 millones de personas viven con algún grado de pérdida auditiva en 2025, y el 50% de estos casos podrían prevenirse evitando la exposición a sonidos dañinos. En el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido (30 de abril), los especialistas urgen a tomar medidas para frenar lo que ya se considera una "pandemia acústica".

El ruido no solo daña los oídos La exposición prolongada a ruidos superiores a 85 decibelios (dB) —equivalente al tráfico intenso— puede causar daños irreversibles en el oído interno. Sin embargo, el impacto va más allá. Estudios recientes publicados en The Lancet (2024) vinculan el ruido ambiental con enfermedades cardiovasculares, estrés crónico y alteraciones del sueño.
La OMS actualizó en 2023 sus directrices, recomendando que el ruido nocturno no supere los 40 dB en zonas residenciales. No obstante, en ciudades como Madrid, los niveles promedio oscilan entre 65 y 75 dB, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente correspondientes a 2025.
Trabajos de alto riesgo: ¿quiénes son los más vulnerables? Ciertas profesiones se enfrentan a riesgos evidentes. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 22 millones de trabajadores en todo el mundo están expuestos diariamente a ruidos peligrosos. Entre los oficios más afectados destacan:
Construcción y minería: Martillos neumáticos (110 dB) y maquinaria pesada generan riesgos acumulativos. Un estudio de la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de EE.UU., 2025) reveló que el 60% de los obreros desarrollan tinnitus, también conocido como acufeno, antes de los 50 años.
Industria manufacturera: Fábricas de automóviles o textiles registran picos de 95-105 dB. En España, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) informé en 2024 que el 30% de los casos de sordera profesional provienen de este sector.
Aviación y transporte: Personal de tierra en aeropuertos soporta hasta 140 dB durante el despegue de aviones.
Música y entretenimiento: DJs y técnicos de sonido están expuestos a 90-110 dB en clubes y conciertos. La Asociación Británica de Tinnitus alertó en 2025 que el 40% de estos profesionales sufren pérdida auditiva prematura.
Centros de llamadas: Aunque menos obvio, el uso constante de auriculares y la sobreestimulación auditiva provocan fatiga acústica en el 35% de los empleados, según un estudio de la Universidad de Harvard (2024).
Pese a las regulaciones —como el uso obligatorio de protectores auditivos—, la falta de cumplimiento y la normalización del ruido en ciertos entornos laborales siguen representando grandes barreras.
El enemigo en casa: tecnología y hábitos cotidianos No es necesario trabajar en una fábrica para estar en riesgo. El uso excesivo de auriculares a volúmenes elevados —común entre jóvenes— está disparando los casos de hipoacusia en menores de 35 años. La OMS advierte que escuchar música a más de 80 dB durante una hora diaria puede dañar el oído irreversiblemente. En 2025, el 27% de los adolescentes europeos ya presentan signos de pérdida auditiva leve, según el informe Eurotrak.
Además, la contaminación acústica urbana —cláxones, obras, tráfico aéreo— se asocia con 120.000 muertes anuales en la UE por estrés cardiovascular, según la Agencia Europea del Medio Ambiente.
Soluciones: tecnología, políticas y conciencia ciudadana Algunos países han tomado medidas innovadoras. Francia, por ejemplo, implementó en 2024 radares de ruido en París para multar vehículos y motos demasiado estridentes. Singapur exige certificados acústicos para nuevas construcciones, mientras en Alemania, las "zonas silenciosas" en hospitales y escuelas han reducido un 20% las quejas por ruido.
En el ámbito personal, los audiólogos recomiendan usar auriculares con cancelación de ruido para evitar subir el volumen y realizar chequeos auditivos anuales a partir de los 40 años, entre otras medidas.
Escuchar el silencio El ruido no es solo una molestia: es un determinante social de la salud. En este Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, la pregunta es clara: ¿seguiremos normalizando un riesgo evitable o actuaremos para proteger algo tan preciado como la capacidad de oír? Como subraya la OMS, "la prevención hoy evitará una crisis de discapacidad auditiva mañana". La pelota está en nuestro tejado —y en nuestros oídos—.
|