Tal y como se destaca desde Farmasierra, el síndrome de colon o intestino irritable es un síndrome que afecta en torno al 10-12% de la población. De este porcentaje, según el digestólogo Dr. Caballero Plasencia, dos tercios de los afectados son mujeres frente a un tercio de los hombres.
Un síndrome y no una enfermedad
La razón por la que se denomina síndrome y no enfermedad es debido a que se trata de un conjunto de sensaciones subjetivas o síntomas y de datos objetivos o signos, que siempre aparecen juntos. Esta dolencia se manifiesta en forma de dolor asociado a cambios en el estado intestinal normal de una persona y no en forma de herida, daño o lesión.
La ansiedad y el estrés son disparadores, pero no causas
Dentro de los factores implicados en este síndrome, el estrés o la ansiedad del paciente se toma en cuenta como factor desencadenante, pero los avances han demostrado que los aspectos emocionales no son causantes del desarrollo de éste. Los expertos de Farmasierra alertan de que, a pesar de tratarse de una patología benigna puede suponer alteraciones en la calidad de vida de los afectados por sus síntomas, que pueden ser leves (hinchazón, dolor abdominal, gases, distensión abdominal, fatiga) o graves (episodios de diarrea y/o estreñimiento con cólicos), que ocasionalmente pueden derivar también en trastornos psicológicos, como ansiedad, depresión o fobia social.
Un diagnóstico por descarte
No existe una prueba determinante para diagnosticar el síndrome de colon irritable. Su diagnóstico se basa en la anamnesis (diagnóstico basado sobre el historial médico y los síntomas descritos por el paciente) y también puede realizarse una exploración física incluyendo: examen pélvico, tacto rectal, análisis como hemograma completo, orina y heces para descartar posibles parásitos, función tiroidea o intolerancia a la lactosa.
Las bacterias y los probióticos
Un estudio realizado en el Hospital Vall d´Hebron con el objetivo de lograr una mejoría en la sintomatología presentada por los afectados de este síndrome, y publicado por la revista “Nature Scientific Reports” en el año 2015, determinó que los pacientes aquejados de diarrea tienen menos bacterias productoras de butirato y metano que los pacientes sanos. Numerosos estudios publicados en la revista “Clinical Therapeutics” ponen de manifiesto la importancia de los probióticos a la hora de aliviar los desequilibrios y trastornos digestivos.
En esta misma línea, la reciente conferencia impartida por el profesor F. Guarner, director de la Unidad de Investigación del Sistema Digestivo del Hospital Vall d´Hebrón, trató de orientar a los farmacéuticos acerca de cómo guiar a los pacientes que acuden desesperados en busca de un tratamiento que alivie sus síntomas.
Guarner recomendó a los farmacéuticos la guía que publica la WGO (World Gastroenterology Organisation) que incluye la guía específica para el colon irritable en castellano, en la que se hace referencia a los probióticos en el tratamiento, y entre ellos habla en concreto de la cepa Bifidobacterium infantis 35624, que según este informe “contiene actualmente la mejor base científica sobre su eficacia en SII”.
El Dr. T. Olleros, Presidente de Farmasierra, comentó recientemente sobre esta cepa: “Están ocurriendo grandes avances en el estudio de la microbiota intestinal. Nuestro Alflorex® es el único complemento alimenticio en Europa que contiene la cepa 35624®, única por sus características y efectos fisiológicos. Los estudios clínicos realizados con esta cepa durante más de 15 años, y su presencia en el mercado de EEUU e Irlanda en la última década han mostrado una reducción generalizada de los síntomas asociados al SII”.
El objetivo fundamental que se persigue con estas investigaciones clínicas no es otro que el de mejorar la calidad de vida a largo plazo de los afectados por el síndrome de colon irritable.
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