De Maria-Mercè Marçal son estos versos:
Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer, de clase baja y nación oprimida.
Así justificó la autoproclamada escritora de Ivars d’Urgell su triple rebeldía ante la vida como rasgo de carácter. El mismo perfil vital que a las puertas del siglo XXI puede llevar a Carme Chacón a liderar el socialismo en España.
Carme Chacón acabará ganando esta larga travesía del desierto que ahora inicia el socialismo porque es joven, porque es mujer y porque es catalana. Tres características que han de ser la leche si de lo que se trata es de renovar de arriba abajo un partido, un proyecto y una nueva manera de entenderse con la ciudadanía desde la cúpula del poder y ponerle a todo ello rostros nuevos.
La generación de Chacón debe ser desde febrero la del futuro del socialismo y así hay que entenderlo en este siglo que ahora empieza. Y cómo a estas alturas no viene ya de un tópico: o da el socialismo español las riendas del poder a los jóvenes o no será; o reconoce definitivamente a las mujeres o no será y –claro está- o reconoce que una catalana puede gobernar España o tampoco será.
Además, como siempre explica mi amiga Fina, que de esto entiende y que ¡más de un café ha tomado en su casa con algún exministro! Carme Chacón tiene madera de líder porque todavía ni se ha postulado y ya andan –los suyos y los otros; las suyas y las otras- poniéndola a parir. Pero no es nada personal. Es lo que ocurre en el país donde cada españolito lleva dentro, desde siempre, un seleccionador de futbol y, desde el inicio de la crisis, un experto el marketing político. Ahí es nada.
A Carme Chacón se le recrimina que no pisa la calle, que es una víctima de la feisbucpolítica de la imagen y sonrisa profidén y que es la niña de Zapatero. Lo cierto es que ha cometido equivocaciones de bulto en la campaña como dejar colgado un debate televisivo a 48 horas de las elecciones y aparecer en el Telediario de las tres a las puertas de Ferraz el lunes siguiente a la gran derrota como si su paso por Catalunya hubiera sido circunstancial mientras la cúpula del PSC buscaba explicaciones al descalabro. Pero con la que está cayendo creo que son descuidos fácilmente subsanables porque a ver quien es la chula que lidera el PSC en Catalunya, es ministra de Defensa, afronta un pésimo resultado electoral y le disputa de nuevo el liderazgo a alguien tan brillante, preciso e infatigable como Rubalcaba.
La derrota socialista en Catalunya no es sólo de Chacón ni la derrota en España es sólo de Rubalcaba. La peculiar mezcla que hacemos en la Península de partidos de masas de toda la vida y nuevas fórmulas presidencialistas nos llevan a estas confusiones. Creo, siempre, que o ganan todos o pierden todos. Del primer al último militante. Porque me temo que después del exceso de presidencialismo acaba llegando, como ustedes ya saben, la tecnocracia y aquí sí que ya más vale hablar en italiano!
Ya dejé escrito que el lema de Carme Chacón en estas elecciones, El futuro es esfuerzo y justicia social, tiene el mérito de no apelar únicamente al voto emocional. Afirma y propone, sugiere. Y fundamentalmente no trata de memo al electorado. Y esto me gusta por lo que tiene de inteligente.
En Carme Chacón convergen –con perdón de Mas y Durán- dos virtudes públicas curiosas. Es la ministra más valorada por los españoles y es la más atacada por la prensa conservadora. Así, el gran periodista y gran experto en jurados de Miss España, don Luís María Ansón ha pillado el feo vicio de llamarla Carmina que es como si yo –con perdón por no ser experto en concursos de misses- me refiriera a Rajoy como Marianín. Pues va a ser que no don Luís, que esto no se hace. Que está muy feo.
En definitiva, tiene Carme Chacón capacidades y apoyos para liderar lo que le venga en gana y en el caso del PSOE no es baladí que ella acabe siendo la más fiel seguidora del lema electoral del sutil Alfredo Pérez Rubalcaba. Pelea por lo que quieres. Y si pelea y gana, sepan que yo me alegraré y pensaré, de nuevo, en Maria-Mercè Marçal y dejaré que don Luís me llame Xavierín o como le dé la real y académica gana. Será un placer.
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