Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cristianismo originario | Religión | Animales

El estigma de los vegetarianos a lo largo de la historia

Vida Universal
martes, 28 de noviembre de 2017, 08:08 h (CET)
Ya en los primeros siglos después de Cristo se persiguió de forma sangrienta y se eliminó cruelmente a los seguidores del Nazareno que eran exclusivamente vegetarianos, ya que de no ser así no hubiesen sido aceptados en las primeras comunidades. Se les estigmatizó como herejes y se torturó, quemó, esclavizó, aniquiló y erradicó a miles y miles de ellos en crueles matanzas.

Se trataba de comunidades de fe cristianas como las de los maniqueos, bogumilos y pauliquianos, valdenses, cátaros y husitas, a quienes simplemente se asesinó por orden de la Iglesia. Fueron personas como Marción, Montano, Maximilia, Priscila, Mani, Orígenes, Jan Hus, Giordano Bruno, Savonarola y muchos otros honestos seguidores de Cristo, todos ellos personas que se esmeraban en dejar resucitar en sí a Jesús de Nazaret, a seguirle a Él en toda libertad en base a los hechos, personas firmemente decididas a hacer realidad en la vida diaria sus conocimientos espirituales sobre la vida, que es Dios.

Pero una y otra vez venía la despiadada e implacable competencia religiosa, el pacto moral entre la Iglesia y el Estado, que a sangre y a fuego y con la enseñanza de una condenación eterna ideada por los sacerdotes, en lugar de la enseñanza de la reencarnación, hizo que ya la vida terrenal de toda persona fuese un infierno.

Una casta sacerdotal agresiva incitó una y otra vez, incluso en el pasado más reciente, a ciertos pueblos contra las minorías y contra otros pueblos. Y el clero de alto rango gritaba: «Dios lo quiere. Dios lo quiere. Dios con nosotros».

A sangre y a fuego, con matanzas y asesinatos, con torturas y esclavización inculcaron a los pueblos durante siglos lo contrario de lo que enseñó Jesús de Nazaret, en base a golpes, palos y moratones. Ellos vertieron su enseñanza realmente demoníaca del canibalismo animal en los ultrajados y magullados cuerpos y en las lastimadas almas de los pueblos oprimidos. Y una y otra vez clamaba con rabia agresiva el alto clero: «¡Esto es la voluntad de dios. ¡El que no obedezca a la Iglesia y al Estado, no solo irá a parar al calabozo, a la hoguera o la horca, sino que además también a la condenación eterna!».

Noticias relacionadas

El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha encendido las alarmas en el comercio internacional. Su política proteccionista, basada en la doctrina “América primero”, está generando una fuerte tensión con países clave y amenaza con desatar una guerra comercial a nivel global. Ante esta situación, España tiene una oportunidad única para potenciar su autosuficiencia y reducir su dependencia del comercio exterior.

En tiempos pretéritos -no sé si ahora se sigue recomendando lo mismo- se nos inculcaba la idea de defender a capa y espada la verdad. En el denostado catecismo de Ripalda se nos advertía la presencia de un mandamiento de la ley de Dios que decía: “no levantar falsos testimonios ni mentir”. Mientras recuerdo estas frases me entra la risa tonta. Nos encontramos en una sociedad en la que la mentira ha tomado carta de ciudadanía.

La justificación que el líder de Vox ha hecho en el Congreso de los Diputados de los aranceles que pretende imponer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un ejemplo más de su falta de vergüenza e inmoralidad. Dice Abascal que, si llegaran a establecerse impuestos a las exportaciones españoles, sería «por culpa» de Pedro Sánchez, puesto que se deberían a que este «no cae bien» a Trump.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto