Afirma que los sospechosos "recopilaban información" y mantenían contactos con servicios de Inteligencia occidentales
Las autoridades de Irán han imputado por espionaje y supuestos vínculos con servicios de Inteligencia occidentales a una pareja británica recientemente arrestada en la provincia de Kermán, situada en el sureste del país centroasiático. El portavoz del aparato judicial de Irán, Asghar Yahangir, ha indicado que los detenidos, identificados como Craig y Lindsay Foreman, "cooperaban con instituciones encubiertas vinculadas con los servicios de Inteligencia de países hostiles y occidentales bajo la cobertura de actividades de investigación". Asimismo, ha recalcado que "estas personas fueron supervisadas con la cooperación de las agencias de seguridad y arrestadas por la Organización de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria en Kermán", antes de agregar que "estaban recopilando información" en la ciudad de Kermán, capital de la provincia, según ha recogido la agencia iraní de noticias Mehr. Un portavoz del Ministerio de Exteriores británico ha señalado que el Gobierno del primer ministro Keir Starmer está "profundamente preocupado" por la situación de los detenidos, a quienes las autoridades han proporcionado asistencia consular. Asimismo, el Ministerio ha indicado que permanece "en contacto" con sus familiares. La cartera también ha instado a los británicos, especialmente a aquellos con doble nacionalidad, a no viajar a Irán ante el "riesgo significativo de arresto, interrogatorio o detención", según ha recogido la cadena BBC. La pareja había iniciado un viaje con motocicleta por todo el mundo y tenía como destino final Australia. El anuncio de su detención llega menos de una semana después de que el embajador británico en Irán, Hugo Shorter, se reuniera con los acusados. Teherán ejecutó a mediados de enero al ciudadano británico británico-iraní Alireza Akbari --quien fue viceministro de Defensa durante el mandato del expresidente Mohamad Jatami (1997-2005)--, que había sido acusado de espionaje y de trabajar para el MI6, el servicio de Inteligencia de Reino Unido. La sentencia de muerte se habría dictado sobre la base de "pruebas fundamentadas".
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