Francisco J. Caparrós, nacido en Palma de Mallorca en 1960, es diplomado en Educación Social y experto universitario en Autoconocimiento, Comunicación y Diálogo. Miembro fundador del Movimiento Socioeducativo Elauvo, organización que dirige su interés hacia la intervención socioeducativa en sus diferentes ámbitos, forma parte del equipo de orientadores desde su creación. Como teórico de la educación, ha presentado diferentes comunicaciones en congresos, así como artículos en revistas de pedagogía social. Tiene publicados cerca de un centenar de artículos de opinión en diarios de ámbito regional, así como una treintena de relatos breves en publicaciones periódicas.
Cuando no se sabe qué decir para intentar refutar una opinión que no se aviene a nuestro criterio, algunos suelen recurrir a argumentos que rozan el ridículo.
El axiomático epígrafe que precede a estas líneas tiene que ver con la formidable cantidad de juego que es capaz de dar este buen hombre a los cómicos.
Esa curiosa tenacidad que tenemos los seres humanos por defender la vida no tiene nada que ver con Dios ni con la religión, al menos de modo instintivo y nada elaborado.
No voy a cometer la ligereza de decir que, tanto el filipino Manny Pacquiao como el norteamericano Floyd Mayweather, no se merezcan la morterada que se agenciaron el fin de semana pasado, tras interpretar esa peculiarísima danza de mamporros a la que llamamos boxeo y que al parecer tanto le gusta al público.
No tuvo que ser fácil para los herederos del Caudillo aceptar su ausencia en una España que gobernó Francisco Franco con mano de hierro hasta que las fuerzas no pudieron responderle en el ejercicio de su vocación.
