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A la nuestra la mareábamos, la importunábamos, y, en algunas ocasiones, llegábamos a colmar su inconmensurable paciencia, por ello, cuando le preguntábamos que qué era lo que íbamos a comer aquel día, a lo que no nos contestaba, y la teníamos cansada de repetirle la misma pregunta, nos respondía “piticos pitones”, comida que jamás llegó a explicarlos en qué consistía.
Sí señores, como estaba anunciado y nada que no se pudiera esperar, conociendo al señor Pablo Iglesias y su forma de actuar, y teniendo en cuenta que el señor presidente, Pedro Sánchez, siempre actúa, no por una reflexión meditada o por los intereses de España y de los españoles, sino que improvisando, intuyendo, reaccionando primariamente ante un obstáculo que surja y, en la mayoría de ocasiones, guiado por su instinto de supervivencia, que es el que le ha guiado a través de toda su carrera política.
Si no, no ostentaría el poder con los que quieren destruirla.Pero donde ha llegado el colmo de su desfachatez ha sido en la pasada Sesión de Investidura en la que ha pedido, con todo el descaro y desfachatez la abstención del PP y de Ciudadanos a cambio de nada. Estamos de acuerdo que estos partidos, aunque fuese con la concesión de prebendas, no quieren participar en un Gobierno en el que lo presida sea una persona de la que no se pueden fiar y que un día gira al norte y otro al sur, según sople el viento favorable para sus intereses, pero aún sabiéndolo los pone en el compromiso de que tengan que decir que no, para poder culparlos de que si no hay Gobierno, no es por por su causa sino por la de los demás.Pablo Iglesias, ya le ha dicho claramente que, con las condiciones que ofrece, que no cuente con su ayuda.Así le va a España que está en manos de un irresponsable que, posiblemente lo que busque sean unas nuevas elecciones, que, según su mandado Tezanos, le auguran un triunfo considerable, pero como se ha dicho siempre que la única encuesta que vale es la que sale de las urnas que se arriesgue veremos a ver qué respondemos después de tanto desaguisado, desgobierno e incertidumbre.
Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España.
Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España.
Por caos (Khaos o "vacío que ocupa un hueco en la nada") entendemos algo impredecible y que se escapa a la miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos.
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