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El ínclito Aznar, a través de su fundación FAES, habría diseñado una estrategia maquiavélica para obviar las deficiencias de Ayuso en su gestión pública al frente de la Comunidad madrileña, así como evitar tener que debatir las necesidades reales de los ciudadanos madrileños.
Emiliano García-Page no parece proclive a que Bildu continúe acercándose al PSOE e ir con esa formación filoetarra a partir un piñón, a pesar de Sánchez, al menos eso es lo que dice ahora en plena campaña electoral y cuando las encuestas «hablan» por adelantado. Un adelanto que ya presupone un descalabro de dimensiones descontroladas. «Yo, con los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina», decía el presidente manchego.
Cuando esta semana pasada saltó la noticia de la inclusión de 44 etarras condenados por terrorismo en las listas municipales del País Vasco, de los que siete lo han sido por asesinato, confieso que me inundó una extraña sensación de indignación y tristeza. Es como si la sangre que riega el cerebro a través de sus arterias y venas, lo hubiera anegado con la fuerza de una lluvia torrencial.
Un Estado sin memoria siempre será un Estado fallido. Un pueblo que olvida a sus muertos es pueblo sin futuro. Un criminal sin dignidad frente a su pueblo no es digno de ostentar representación alguna. Los votos que manchen de sangre las urnas harán renacer el odio. Vivir junto a terroristas y asesinos es de valientes y también propio de gobiernos cobardes. La Iglesia que no exige confesión al asesino se convierte en cómplice del desencanto moral.
Más de una vez he escrito sobre algunos personajes, cuyas actuaciones, aunque no me hayan sorprendido, porque ya no sorprende casi nada, me han llamado poderosamente la atención. Y mucho más aún, cuando esos personajes eran inteligentes, de buena formación cultural y profesional y aparentemente estables emocionalmente. Es el caso del actual ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca.
El Gobierno de Chivite prepara un nuevo Decreto Foral que regulará el uso del Euskera en las Administraciones Públicas en el que desaparece la valoración del euskera en zona no vascófona, lo que aunado con el descenso de matriculaciones en el Modelo D debido al descenso de natalidad y a la inequívoca apuesta tanto del PSN como de Navarra Suma por el inglés, augura un horizonte incierto para el vascuence en Navarra.
La carrera militar, al igual que el sacerdocio, imprime carácter, más aún si se es de profesión. Aunque estén retirados, siguen siendo militares, y, si no dirigen tropa, no se les puede quitar la importancia que conlleva esa actitud de malestar, ante el rumbo que lleva el Gobierno de España.
En este contexto se encuadra la carta dirigida al Monarca y firmada por 73 ex-mandos del Ejército de Tierra en el que le muestran su “apoyo y lealtad en estos momentos difíciles para la Patria” al tiempo que culpan al Ejecutivo social-comunista de “amenazar con la descomposición de la unidad nacional”.
En esta coyuntura, EH Bildu decidió revisar su actual estrategia política e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente el uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta.
Lo que sí queda demostrado es que, a diferencia de lo que se podía esperar de la unión de comunistas y socialistas, tradicionalmente adversarios políticos, en esta ocasión parece que lleva camino de escorar hacia la izquierda la labor del actual gobierno, con el peligro de que se vayan tomando decisiones, dictando leyes y decretos, ocupando puestos clave de las instituciones básicas del reino.
A la nuestra la mareábamos, la importunábamos, y, en algunas ocasiones, llegábamos a colmar su inconmensurable paciencia, por ello, cuando le preguntábamos que qué era lo que íbamos a comer aquel día, a lo que no nos contestaba, y la teníamos cansada de repetirle la misma pregunta, nos respondía “piticos pitones”, comida que jamás llegó a explicarlos en qué consistía.
Sí señores, como estaba anunciado y nada que no se pudiera esperar, conociendo al señor Pablo Iglesias y su forma de actuar, y teniendo en cuenta que el señor presidente, Pedro Sánchez, siempre actúa, no por una reflexión meditada o por los intereses de España y de los españoles, sino que improvisando, intuyendo, reaccionando primariamente ante un obstáculo que surja y, en la mayoría de ocasiones, guiado por su instinto de supervivencia, que es el que le ha guiado a través de toda su carrera política.
Si no, no ostentaría el poder con los que quieren destruirla.Pero donde ha llegado el colmo de su desfachatez ha sido en la pasada Sesión de Investidura en la que ha pedido, con todo el descaro y desfachatez la abstención del PP y de Ciudadanos a cambio de nada. Estamos de acuerdo que estos partidos, aunque fuese con la concesión de prebendas, no quieren participar en un Gobierno en el que lo presida sea una persona de la que no se pueden fiar y que un día gira al norte y otro al sur, según sople el viento favorable para sus intereses, pero aún sabiéndolo los pone en el compromiso de que tengan que decir que no, para poder culparlos de que si no hay Gobierno, no es por por su causa sino por la de los demás.Pablo Iglesias, ya le ha dicho claramente que, con las condiciones que ofrece, que no cuente con su ayuda.Así le va a España que está en manos de un irresponsable que, posiblemente lo que busque sean unas nuevas elecciones, que, según su mandado Tezanos, le auguran un triunfo considerable, pero como se ha dicho siempre que la única encuesta que vale es la que sale de las urnas que se arriesgue veremos a ver qué respondemos después de tanto desaguisado, desgobierno e incertidumbre.
Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España.
Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España.
Por caos (Khaos o "vacío que ocupa un hueco en la nada") entendemos algo impredecible y que se escapa a la miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos.
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