Un Estado sin memoria siempre será un Estado fallido. Un Pueblo que olvida a sus muertos es Pueblo sin futuro. Un Criminal sin dignidad frente a su pueblo no es digno de ostentar representación alguna. Los votos que manchen de sangre las urnas harán renacer el odio. Vivir junto a terroristas y asesinos es de valientes y también propio de Gobiernos cobardes. La Iglesia que no exige confesión al asesino se convierte en cómplice del desencanto moral.
La historia siempre podrá describir, tiro a tiro, la maldad humana... La FE podrá perdonar... La moral jamás comprenderá la inacción de la Iglesia y mucho menos los refugios eclesiásticos.
El siglo XXI no olvidará las responsabilidades de los poderes Legislativos, Ejecutivos y Judiciales... Los protocolos “funerarios” jamás podrán parecerse a la expulsión de los fariseos del Templo de la Justicia Divina, como llevó a cabo Jesucristo.
Nuestra sociedad española, marcada con la sangre inocente de tantos y tantos caídos con un tiro, con una bomba, con un piquete, JAMÁS DEBERÍA CALLAR...; su SILENCIO y su COBARDÍA, sin embargo, ha dado alas a gobernantes sin escrúpulos, cooperantes necesarios de lo que hoy estamos contemplando: gobiernos de pistoleros, asesinos de hombres, mujeres y niños...
La Iglesia, con sus “responsos silenciosos” no puso la pistola, ni apretó el gatillo, ni celebró mítines sangrientos... NO, NO, fue peor, ROCIO CON AGUA BENDITA LOS BANCOS Y LAS ALCOBAS DONDE SE SENTARON Y DURMIERON ESCONDIDOS MUCHOS DE LOS QUE HOY LLENAN PAPELETAS “DEMOCRÁTICAS”, como irónicamente y sarcásticamente algunos dicen, sonriendo.
Partidos Políticos DEMOCRÁTICOS, ¿para qué?... ¿Para CONSENTIR el terror por miedo? Esto no tiene nada que ver con la FE cristiana, NADA... Tiene que ver con la MALDAD HUMANA y con la COBARDÍA DE MUCHA CLERECÍA.
¡Que la HISTORIA no olvide!... ¡Que la HISTORIA señale a los que pudieron pararlo y no lo hicieron, ¿por?, (ellos, solamente ellos lo saben)!
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