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Si Napoleón hubiera hecho caso a Talleyrand probablemente no habría terminado en Santa Elena. Pero, naturalmente nuestros dirigentes, tanto de dentro como de fuera, no tienen tiempo para leer sobre cosas tan antiguas. Talleyrand, que era un maestro en el arte de la diplomacia, decía que había que tratar a los enemigos como a futuros amigos y a los amigos como a futuros enemigos.
Llevo tiempo citando dos axiomas míos, uno político y otro diplomático, que constituyen una diarquía básica en el accionar nacional: “A pesar de contar con unas credenciales impresionantes o quizá por eso mismo, España a veces parece tener más dificultades que otros países similares no ya para gestionar sino incluso para definir y hasta para identificar, para localizar el interés nacional”.
En el Ángelus del domingo, 6 de marzo, el papa Francisco informó que dos cardenales se encontraban en Ucrania para ser «la presencia no solo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: “¡La guerra es una locura! ¡Deténganse, por favor! ¡Miren qué crueldad!”».
“Caminemos juntos y establezcamos ya un relación para el siglo XXI sobre pilares más justos y sólidos”, termina de proclamar Felipe VI en su alocución anual al cuerpo diplomático, al tiempo de enfatizar, junto al “ya”, la asimismo apremiante necesidad de contribuir a la consolidación de un espacio común euromediterráneo, en el norte de África, de paz y prosperidad.
Hasta que España no resuelva o al menos encauce adecuadamente su en verdad harto complicado expediente de litigios territoriales, no volverá a ocupar en el concierto de las naciones el lugar que corresponde a la que fue primera potencia a escala planetaria y cofundadora del derecho internacional al más noble de los títulos, la introducción del humanismo en el derecho de gentes.
El desafortunado episodio del No Summit Sánchez/Biden, que abochornaría en su inocultable comicidad no ya a la triada de maestros Metternich, Talleyrand, y Castlereagh -siguiendo a Rojas Pazlos menciono con frecuencia como modelos, por lo que se ve sin mucho éxito por estas latitudes- sino hasta el más probo y si se quiere semiprobo funcionario, amén de certificar de nuevo la discreta relevancia, la a veces levedad (Araceli Mangas escribe que “los fracasos exteriores de España son múltiples”) y todo lo que se quiera de la sufrida diplomacia hispánica.
La política exterior peruana no ha sido parte de ninguno de los 3 debates en el balotaje y tampoco durante la crisis que condujo a la salida del canciller Héctor Béjar. Ahora que el Presidente Pedro Castillo hace su primera gira oficial al exterior es indispensable hablar de ello, especialmente por que en el lugar donde él va a pasar la mayor parte de su tiempo es en EEUU.
El error de uno es la exageración en sus términos y formas. El otro hierra por su soberbia de “camisa y pañuelo” de señuelo elitista.
Ceuta es una realidad, mezcla de sentimientos enfrentados: uno, la españolidad histórica debilitada. Otro, el islamismo protegido y teledirigido desde Marruecos.
No fue un encuentro entre presidentes en los aledaños de la OTAN. Tan sólo fue una postiza conversación, sin respuestas por parte de Joe Biden en el trayecto hacia la foto de familia de la Cumbre de la Alianza Atlántica que tuvo lugar en Bélgica. De ello se han hecho eco los memes: cuentan las malas lenguas que, mientras Sánchez abordó a Biden y avanzó a su lado por el pasillo, durante 29 segundos, en el pinganillo de seguridad le indicaban los movimientos.
No existen dudas de que hoy vivimos como generación un cambio de época, una transformación del marco global de relaciones geopolíticas como los vividos antaño a lo largo de la historia de la humanidad. Somos así en mayor medida más espectadores que tomadores de decisión en un entorno en el que los cambios evolucionan hoy de manera exponencial y rapidamente afectando a las relaciones sociales,económicas,políticas y sociales. Ámbitos, en los que la geopolítica aparece como elemento transversal de quienes hoy mueven sus piezas en el tablero de la influencia global.
Por el manejo supuesto desprolijo e indisciplinado del Ministro González con el apoyo incondicional del Pdte. Benítez y otros el Paraguay ha perdido la imagen de un país serio y responsable que asume su deuda internacional y la paga.
Habrá que recordar al presidente que la prensa europea de ayer y hoy habla del "rescate a España”, de "operación de rescate" y de "equipo de rescate". Sí, el conocido “to rescue” al que aludía Sánchez en otro momento. Nos vuelve a mentir y no cuenta su comentario de mal gusto --dada su inadaptación a esta cumbre-- con la primera ministra finlandesa, Sanna Marin. Poco faltó para que todo se viniera abajo y, siempre según FINANCIAL TIMES
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