No existen dudas de que hoy vivimos como generación un cambio de época, una transformación del marco global de relaciones geopolíticas como los vividos antaño a lo largo de la historia de la humanidad. Somos así en mayor medida más espectadores que tomadores de decisión en un entorno en el que los cambios evolucionan hoy de manera exponencial y rapidamente afectando a las relaciones sociales,económicas,políticas y sociales. Ámbitos, en los que la geopolítica aparece como elemento transversal de quienes hoy mueven sus piezas en el tablero de la influencia global.
Así, hoy , asistimos al desgaste y la caída constante del liderazgo global de unos Estados Unidos, hoy más desunidos que nunca en sus controversias de luchas instestinas entre esas dos americas presentes desde antaño en el substrato de un territorio incapaz de entender los cambios culturales,económicos y sociales que en sus propias estructuras de relaciones hoy se están produciendo y en los que el white power deja paso a la mezcla racional hispana,afroamericana y asiática de un nuevo modelo de país, en el que el auge del nacionalismo patrio y la retirada del escenario de decisión mundial en los últimos años ha venido a ceder espacio a otros poderes emergentes como los de Rusia o China. Países, que en los últimos años habían generado además acciones de influencia y acción para decapar el liderazgo norteamericano y por ende el de Europa somo socio europeo del mismo.
Hoy, la llegada de la pandemia de la Covid19 ha venido a servir a la generación de una estrategia de nueva diplomacia por quienes desde el inicio de esta crisis ostentaban el poder de los medios y las infraestructuras para la producción de aquellos bienes fundamentales para hacer frente a este nuevo enemigo que en forma microscopica ha servido por casualidad o tal vez causalidad a potenciar de manera acelerada el poder de influencia de China y Rusia en el escenario global. Así, a la guerra por la obtención de las mascarillas, los test o los respiradores en los primeros momentos de la irrupción del covid19 que permitieron a estos países expandir sus posicionamientos de poder en Europa, América Latina , Asia y África, hoy se acompaña el deseo por las codiciadas vacunas como vía de salvación de las economías nacionales de todo el mundo y de Europa en particular.
Aparece, de nuevo, la diplomacía de las vacunas como herramienta de inestabilidad y posicionamiento, no por menos, el ofrecimiento de Rusia de sus vacunas a los países miembros de la Unión Europea aún sin la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), parece responder de nuevo a ese intento de erosión y desfragmentación de la confianza de los países de la UE de un proyecto europeo en la cola de la carrera de salida de esta crisis. Tal vez como consecuencia lógica del posicionamiento de una Europa que hoy se encuentra en un escenario geopolítico incomodo en medio de una pugna entre los gigantes de China, Rusia y EEUU por el control del liderazgo global.
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