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Más de la mitad de la población mundial reside en ciudades, y se prevé que esta tendencia siga creciendo en los próximos años. Las ciudades, sin embargo, son responsables de dos tercios del consumo energético global y generan más del 70% de las emisiones que contribuyen al cambio climático. Este fenómeno ya está causando graves impactos en las urbes de todo el mundo, subrayando la necesidad urgente de desarrollar infraestructuras resilientes y sostenibles.
WWF ha alertado de que España tiene un “elevado riesgo hídrico” en la producción de alimentos. Así lo advierte en un informe en el que analiza los sistemas alimentarios de más de 100 países y propone medidas para “mejorar su sostenibilidad”. La organización recuerda que la manera en que se producen, consumen y desperdician los alimentos a nivel mundial provoca el 80% de la pérdida de biodiversidad y casi un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La actividad humana ha alterado el 75% del medio ambiente terrestre y el 66% del marino, mientras un millón de especies de animales y vegetales se encuentran en peligro de extinción. Además, la desaparición y el deterioro de la biodiversidad y los ecosistemas impedirán el logro del 80% de las metas de ocho de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La adopción de un tratado para regular la producción de plásticos, sus usos y sus impactos en el mundo sigue avanzando tras concluir este martes la cuarta fase de la conferencia internacional que lo negocia, aunque persisten brechas que mantienen vivas las preocupaciones de los movimientos ambientalistas.
El 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la producción de bienes. El próximo 28 de enero se celebra el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre con el objetivo de alertar del riesgo que supone el cambio climático para la humanidad y el medio ambiente. Una fecha que nos recuerda la importancia que tiene reducir las emisiones de CO2 a través del impulso de medidas de protección del entorno.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha colocado bajo examen a las emisiones de gas metano (CH4) asociadas a la ganadería de rumiantes, y también del arroz, debido a su participación en la crisis climática al contribuir al calentamiento de la atmósfera. Así se ha puesto de manifiesto en el marco de la celebración de la Conferencia Mundial sobre Transformación Ganadera Sostenible.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles la denominada “Ley de Responsabilidad Fiscal de 2023”, una legislación que aumenta el límite de la deuda gubernamental y tiene vigencia hasta enero de 2025, lo que pospone una posible disputa futura sobre el endeudamiento federal hasta después de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses.
Los 193 Estados y territorios que integran la Organización Meteorológica Mundial (OMM) aprobaron por unanimidad una nueva iniciativa de vigilancia sobre los gases de efecto invernadero, en apoyo a las medidas urgentes para reducirlos pues impulsan el aumento de la temperatura en el planeta. Los más perniciosos gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), y el óxido nitroso (N2O).
Las ciudades, con más de la mitad de la población mundial y responsables de 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, están en el centro del desafío climático y pueden abordarlo combinando sus opciones de políticas, planteó un nuevo estudio del Banco Mundial. El informe enfatiza la necesidad urgente de que las ciudades adopten estrategias integradas de planificación urbana verde e infraestructuras sostenibles.
Los últimos ocho años fueron los más cálidos registrados en el planeta, con concentraciones récord de gases de efecto invernadero, e inusitadas lluvias, sequías, olas de calor y glaciares que se derriten en varias regiones, según destaca un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Modificar la radiación solar, para contener la crisis climática derivada del calentamiento del planeta, todavía requiere mucha investigación sobre riesgos y beneficios antes de considerar su posible despliegue, según advierte en un nuevo informe el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Las compañías de todo el mundo están avanzando en su descarbonización e implementando medidas para reducir, limitar o incluso eliminar sus emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, el camino es largo y muchas empresas encuentran dificultades en el proceso.
El dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha alcanzado este año niveles un 50% más altos que en la época preindustrial y son comparables a los que había en la Tierra hace entre 4,1 y 4,5 millones de años. El CO2 medido en el Observatorio Atmosférico de Mauna Loa (Hawái) llegó el pasado mes de mayo a su máximo anual con casi 421 partes por millón (ppm), lo que empujó a la atmósfera hacia algo desconocido en millones de años.
El sector tecnológico es actualmente responsable de entre el 2 y el 4% de los gases de efecto invernadero, cifra podría llegar en 2040 al 14%, según un estudio del Organismo de Reguladores Europeos de Comunicaciones Electrónicas (Berec), del que es miembro la española CNMC (Comisión Nacional de Mercados y Competencia). De toda la huella actual de 'carbono digital', entre el el 60 y el 80% proviene de terminales (móviles, ordenadores o televisores).
Esa iniciativa forma parte de los compromisos adquiridos por el Gobierno en la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España aprobada por el Consejo de Ministros en 2020. Habrá recomendaciones no vinculantes que recibirán el Gobierno y el Congreso. Los debates girarán en torno a cómo hacer que el país sea más seguro ante el cambio climático.
Un nuevo informe de Naciones Unidas afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron a niveles récord el año pasado. El informe también revela que el incremento de los niveles de metano en 2018 representó el mayor aumento en los últimos 20 años.
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