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Confieso haber vivido varios años en Argentina, durante el auge neoliberal de la última década del siglo XX, curioseando sobre la mentalidad, cultura e historia de ese país tan grandioso y sorprendente como dramático y desgarrado. Las privatizaciones y asimilación de políticas promovidas por organismos financieros internacionales de ese tiempo fueron un experimento controlado que pude seguir con mis propios ojos.
Lo fácil es atacar al contrario, ridiculizarlo y desvestirlo de dignidad, lo difícil es construir algo útil con los que piensan diferente. La ciudadanía echa de menos una corriente de opinión fundamentada y contrastada por la que puedan transitar la convivencia, la tolerancia y el buen talante.
No hay duda de que la delicada situación de seguridad, que se vive en Asia nororiental, a raíz de los nuevos, incesantes e irresponsables lanzamientos de misiles llevados a cabo por Corea del Norte en el territorio circundante, en paralelo, no casual, a la invasión de Rusia a Ucrania; contribuyen a valorar la situación internacional actual; como el entorno de seguridad más grave y complejo que vive la humanidad, desde el fin de la segunda postguerra mundial.
Nunca, en lo que España lleva de democracia o, al menos, de una supuesta democracia, se había producido una situación tan abracadabrante y peligrosa para la nación, como esta en la que nos encontramos. Nuestro presidente del gobierno ya no se toma la molestia de disimular, ni se esfuerza en mantener un simulacro de Estado de Derecho.
Cuando Julio Verne dijo que “todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad”, no creo que pensara en España, donde nadie se imaginaba lo que sí ha hecho realidad Pedro Sánchez y es que una nación que fue imperio y primera potencia europea, llegara a ser objeto de tan elevado descrédito dentro y fuera de sus fronteras, gracias al gobierno más caótico y disparatado de su historia.
El domingo 8 de mayo se jugará un nuevo partido entre el Atlético de Madrid vs. Real Madrid y son muchos los aficionados al fútbol que ya están haciendo sus pronósticos. Los Merengues llegan a este duelo como campeones de la temporada 2021/22. La última victoria frente al Espanyol los dejó con 15 puntos de ventaja sobre el Barcelona, equipo que ocupa el segundo lugar.
Nos hemos globalizado pero sin vínculos, con la necedad de los abecedarios mundanos, sin dejar paso a la escucha de nuestros sentimientos. Cada día son más las batallas entre mentes perversas, sin escrúpulos y al límite de la desesperación. Tanto es así, que solemos andar en vilo entre la vida y la muerte, fruto de este tendido desmoralizante.
No hemos aprendido aún a convivir, a pesar de tantas historias de guerras y contiendas sufridas como linaje, nos falla la mano tendida para entendernos y un espíritu acogedor que integre y no divida. Estamos más solos que nunca, a pesar de la cercanía de un mundo global, que se ha empedrado de odio y venganza.
Esperábamos de este gobierno, presidido por el señor Sánchez, muchas, no todas, de las desagradables sorpresas con las que nos ha venido obsequiando desde que asumió el poder. Incluso, cuando contrajo su “matrimonio” de conveniencia con el líder de Unidas Podemos, el señor Pablo Iglesias, nos hicimos a la idea de que las leyes laborales y algunos artículos de la Constitución iban a ser objeto de cambios.
Los pertenecientes al “segmento de plata” hemos vivido una primera etapa, hasta que llegó la transición, en la que parecíamos vivir en una especie de limbo vacío de filiación o compromiso político.
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