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Cuestiones de toda índole: religiosa, política, deportiva, académica, pueden conducir al individuo al fanatismo. ¿Pero es en realidad así, o existe en el ser humano cierta tendencia al apasionamiento exagerado, a la intolerancia, la necedad y negación de la razón y del razonamiento?
Los tres conceptos que encabezan este escrito son realidades que se muerden la cola. Si no se atienden en su conjunto la perjudicada es la libertad en abstracto. Sobre esta también hay que realizar una consideración pertinente: a veces es necesario tratarla en concreto, sin alcanzar vuelos filosóficos, porque de lo contrario se evaporará en la estratosfera de lo inaplicado y quizás inaplicable.
Hoy más que nunca se requiere de la labor ciudadana, para contrarrestar y superar viejas contiendas, y poder allanar los caminos de la comunión plena, con la convicción de que ninguna situación difícil está destinada a perdurar de manera irremediable; puesto que, gracias a la actitud de escucha y de diálogo, se pueden encontrar soluciones satisfactorias para superar los puntos de fricción y llegar a una solución justa de los problemas concretos.
En una secuencia natural, es un hecho el contraste de los impulsos personales cuando se ponen en relación con los rumbos esparcidos por el mundo. La alusión a un sinfín de raíces comunes no simplifica el asunto. Las energías foráneas no anulan el rescoldo interior, pero desde ese foco interno topamos con la severa impotencia para modificar el ámbito general.
De un tiempo a esta parte, nos invade la partícula del desconsuelo, con la implicación de que todo se desmorona y deshumaniza. Parece como si nos estuvieran poniendo a prueba. Se desestabilizan los proyectos de vida, se rompen las alianzas, se invierten significantes y significados, se pone en boga la negación, se acuchilla con la mirada y el corazón se endurece como un peñasco, tras ser triturado a deshora, desorientado y descaminado.
La intolerancia a la lactosa es un trastorno relativamente frecuente: quienes lo padecen tienen dificultades para que su organismo asimile la lactosa, un compuesto azucarado específico de la leche y sus derivados. Las consecuencias son el padecimiento de diversos síntomas de malestar gastrointestinal, en ocasiones tan graves que pueden llegar a impedir que los afectados lleven una vida normal.
Es un azúcar que se encuentra en la leche que proviene de los mamíferos. La incapacidad para digerirla aparece con frecuencia por un tema genético y otras veces es producida por otra causa, como por ejemplo, el síndrome de intestino irritable, celiaquía, nutrición deficiente por anorexia o bulimia e incluso la ingesta de ciertos medicamentos.
Hay ciertos alimentos que provocan una reacción adversa en algunas personas. Náuseas, diarrea o dolor abdominal son varios de los síntomas que sufren quienes tienen una intolerancia alimentaria. Sin embargo, también son posibles síntomas de una persona con alergia a algún alimento. Por eso, es frecuente confundir intolerancia y alergia, aunque sus causas y gravedad sean muy distintas.
No se que pensarán de nosotros aquellos que, por no responder a los cánones establecidos, consideramos como “distintos”. Para ellos, nosotros somos “diferentes”.
BCN Gluten FREE, la feria internacional de productos y dieta sin gluten que se está celebrando en La Farga de L’Hospitalet, apuesta por la nuevas tecnologías para ayudar a las personas celíacas y con otras intolerancias alimentarias a comprar productos aptos para ellas. En este marco, los visitantes han podido conocer con detalle algunas de las aplicaciones móviles más útiles para ayudarles a agilizar la selección de alimentos en los establecimientos.
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