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Los grandes, enormes logros conseguidos en España a raíz de la instalación de Dña. Montero I. (I de igual) en su garito-palacete-banco (de dinero, no de sentarse), que alberga también a su ejército de damas de compañía; - los paréntesis clarifican la confusión existente en ese medio gubernamental; por cierto, lo mismo, pero más, que en todos los otros medios del gobierno -.
Los integrantes de esta facción política aplican unas mensuras de distinto valor, calibre, medida y diferente peso, según se trate de evaluar las manifestaciones o acciones de quien sea que las exprese o realice. Si un izquierdista, enuncia o realiza un acto o pronuncia un insulto cuando, carente de argumentos, agrede verbalmente a su oponente político, el insulto pesa menos que el suave plumón de un gorrioncillo.
Antes de que la extrema izquierda comunista hiciera la afirmación sobre la falta de preparación de los jueces debería aprender a lavarse la boca con agua fuerte o simplemente con lejía. ¡Qué atrevida es la ignorancia y qué vulgar el atrevimiento por desconocimiento! ¡Cuánta maldad y odio acumula esta mafia destructiva de ese sector de la izquierda indocumentado! ¡Cuántas inutilidad hemos descubiertos entre los mamertos y mamertas aún en el Gobierno!
En este momento hay motivos más que suficientes para salir a la calle y tomarla con todas las consecuencias (esa que han perdido los sindicatos obreros y sectarios). No hay sector que no pida con contundencia y sobradas razones la dimisión de la iletrada y esperpéntica ministra, Irene Montero, por su nula contribución en defensa de las mujeres, su falsedad e hipocresía al tratar el denostado feminismo y por atentar contra el poder judicial.
Hoy les invito a que juntos podamos comprender que es lo que está pasando en España, para que un Presidente de Gobierno “rehabilite en todos sus derechos a los condenados, los libere de la prisión o invalide y desprecie las sentencias judiciales”, como ya denunciaba Cicerón con esas mismas palabras en el año 106 a.C., para advertir que esta deriva arrastraba al colapso del Estado.
El dramático hallazgo en Gijón de una niña de seis años muerta en la casa de su madre es una tragedia más, inimaginable y cruel. Lo ideal para la ministra de Igual-Da hubiera sido que sucediera al revés para poder vociferar, hablar del infernal feminismo y poner apellidos a lo que es violencia con mayúsculas.
El lunes, festividad de Todos los Santos, enterraron a una pequeña, llamada Olivia, muerta a manos de su madre. La justicia humana llegó tarde y, sin sospecharlo, pudo ser motivo de que la locura de una persona se convirtiera en venganza y ésta en muerte.
Me sigue pareciendo vergonzoso que el Gobierno socialcomunista consienta y apoye las palabras y reflexiones de Irene Montero sobre el «blanqueo» de la pederastia y no la cese inmediatamente. ¿Habrá respetado el presidente Sánchez la continuidad de la ministra del postureo por el apoyo recibido del arzobispo de Valladolid, dando por buenas las palabras de la «consagrada exmarquesa»? ¡Ay, Argüello, Argüello!
Decía nuestro insigne poeta y premio nacional de literatura Manuel Alcántara que “escribir es llorar y consolarse”. Reconozco que hay días que al escribir esta columna, siento la misma necesidad ante acontecimientos como los que han sucedido a lo largo de esta semana.
El daño ya está hecho. La gravedad de las declaraciones de esta muchacha a quien, para desgracia de la sociedad española, le han regalado un ministerio inservible más para jugar que para trabajar, merecen una reprobación ante el grado de degeneración al que ha llegado. No conozco docente que dé el visto bueno a tan miserables declaraciones que «blanquean» el delito de la pederastia.
La señora Montero con sus declaraciones no hace más que incurrir en uno de los más repugnantes intentos de interferir en la educación de una juventud incapaz, por si sola, de entender, analizar, sacar conclusiones y defenderse de aquellos experimentos malignos destinados a pervertirla, adoctrinarla, confundirla y encaminarla por derroteros que la induzcan al vicio.
Lo que transcribo a continuación, me lo envío un amigo, como no daba crédito a lo que leía he buscado otras formas de información para saber si era cierto. Sí que lo es. Una ministra de nuestro Gobierno, concretamente Irene Montero, de extrema izquierda ella, incita y fomenta la pederastia. Creo conveniente y necesario que aclaremos lo que significa este vocablo, aunque posiblemente la mayoría de las personas lo conozca.
Hoy he amanecido muy frustrado al conocer que el Consejo de Ministros de ayer (30-08-2022) había aprobado el “Anteproyecto de ley de reforma de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo”. Cogí a mi perrita Canela y, pensativo, fui a pasear con ella por mi Getafe de parques sucios, aceras abandonadas y cientos de trabajadores incapaces de dar alegría ambiental al pueblo que les ofrece trabajo.
Lo que queda de la formación pastoreada, que no liderada, por Ione Belarra, estaba acurrucada como una perdiz esperando el momento de echar a correr. Eso de que Yolanda Díaz no contara con las «chicas» de Podemos para su proyecto de SUMAR, no sentó nada bien. Belarra, Montero, Serra y demás vidas regaladas empezaban a verse fuera de la política y no dormían sabiendo que se jugaban el futuro como políticas mediocres.
Hoy tenemos dos Españas claramente definidas. Por un lado, la de los políticos que viven a «desgarrapellejo» y a costa de todos los demás y, por otro, la España sufridora que madruga, se desespera por llegar a fin de mes y ve cómo los incompetentes políticos destrozan el país. Esta situación ha empeorado considerablemente con la llegada al Parlamento español de falsos predicadores o bocachanclas de cuarta división.
He de confesar que cada vez encuentro más dificultad para focalizar mi columna dominical en un tema específico. Nuestra realidad cotidiana es tan abundante y sorprendente en acontecimientos de naturaleza social, económica, política o incluso religiosa, que acertar en la que más puede ayudar a suscitar una reflexión en el lector, exige a veces un ejercicio de malabarismo intelectual.
Por mucho que nos pudiéramos imaginar que era capaz de hacer, si se le permitía, esa ministra de Igualdad, un ministerio, como muchos de los otros, creado ad hoc para ella y para satisfacer las ansias de poder de los comunistas de Podemos, una señora, Irene Montero, de estas comunistas resabiadas e intransigentes que, a lo que pudiéramos calificar de pobreza intelectual, viene añadiendo una falta absoluta de sentimientos humanitarios.
No me explico cómo ha sobrevivido la ciudadanía hasta ahora sin un Gobierno socio-comunista. Hemos tenido que esperar a que llegara este esperpento de Ejecutivo para que comprobáramos lo que nos hemos perdido de la historia. Jamás un Gobierno precisó de la mentira, la insensatez, la estupidez, la patraña y la chulería para sacar adelante la nada.
Hay muchas maneras de ensuciar un cristal, la más fácil es utilizar un paño sucio. ¡Va por el “feminismo” barato! ¡Va por la Ministra que se dice de Igualdad! ¡Va por los “tuiteros” hipnotizadores! La “feminidad” es bastante más antigua que las “feministas”. Las “feministas” quieren defender un derecho que tenemos todos, la igualdad, insistiendo en algo que no tiene nada que ver: los manuales de sexología ideologizados.
No debemos juzgar la historia por sus absurdos, sino a los hombres que no supieron corregirlos. No debemos olvidar que las circunstancias históricas de cada cual, ayudan a reflexionar y a comprender mejor, simplemente, por el hecho de saber situarse en el tiempo.
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