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Año tras año, la lectura sigue siendo una de las grandes aficiones y objetivos de los españoles. Leer más, conocer nuevos géneros o simplemente iniciarse en el fantástico mundo de la literatura, son solo algunos de los propósitos que nos marcamos con el inicio del año.
Por la de la izquierda, rodeado de libros sobre un fondo de paredes blancas, se asoma Ian McGuire, el escritor británico que termina de publicar ‘El abstemio’ (Seix Barral), novela que aborda la lucha entre dos hombres: James O’Connor, un policía irlandés que trabaja en una comisaría inglesa, y Stephen Doyle, un mercenario, contratado por una fraternidad feniana para vengar la ejecución de tres compatriotas en Manchester.
En verdad, su mundo es muy interesante.En la novela Bécquer busca los nueve anillos de los que hablabas antes, que pertenecían a los obispos que se retiraron a Santo Estevo, unas reliquias con cierto valor milagroso, ¿qué hay de cierto en esta leyenda?En todo lo que narro en la novela las referencias históricas son reales, excepto un par de licencias que me he tomado y que explico en el apartado de curiosidades.
Cuando estaba desesperado porque ya no sabía qué hacer con mi media de notas, un amigo dijo que a mí siempre me había gustado el arte, y que podía probar en Historia del Arte. No me hizo mucha gracia la idea, pero luego resultó que fue buena idea. No me gustó la carrera, pero sí que me gustó mucho tener la licencia para estudiar esos temas que hasta ese momento parecían muy pequeños para mí. Se me dio bien.
Editada en español por Salamandra -traducción de María Antonia Menini Pagès-, Camilleri construyó "un extraordinario rompecabezas cuyas piezas no encajan hasta la última línea de la novela póstuma”. Uno de los grandes maestros de la novela negra nos lleva atrás en el tiempo de su inicio como escritor y a quien expreso mi agradecimiento inolvidable.
Cuando era adolescente, tendría 14 o 15 años de edad y practicaba con la guitarra, intenté componer canciones. No llegaron a satisfacerme y no tardé mucho tiempo en olvidarlas, pero, sin duda, aquello respondió a una necesidad de búsqueda genuina que algunos años más tarde se canalizaría por medio de la escritura poética.
Son muchos los poetas que han marcado mi manera de escribir y de pensar la poesía. No quisiera dejar a ninguno fuera; así que haré una breve selección bajo protesta. De igual forma, no mencionaré a poetas que he destacado en otras entrevistas.
Caminan solos aparejados a una mochila en la espalda como DNI de los nuevos súbditos alienados por el camino de la vida misma. Por un sendero único y emparedado sin posibles veredas por donde escapar del sacrificio de los estómagos llenos si son obedientes.
Franco era un genocida y su régimen lo fue también. Lo conté en ‘Mala gente que camina’. Ellos querían exterminar, pero hace falta ser cretinos para pensar que puedes suprimir una idea. Puedes matar a la gente, pero no la idea. Vallejo Nájera creía que se podía extirpar el socialismo de la cabeza de las personas, matando a los padres y reeducando a los hijos.
Es director de la revista “Beckettiana” y co-director de la revista “Inter Litteras” (ambas de la UBA). Es miembro de la Samuel Beckett Society y de la Asociación Argentina de Teatro Comparado. Publicó en el género ensayo “Samuel Beckett. Las huellas del vacío” y “Leer a Shakespeare: notas sobre la ambigüedad”, así como los libros de poesía “Círculos y piedras”, “Lazlo y Alvis”, “El libro de los elementos”, “Bernat Metge” y “Elis o teoría de la distancia”.
La Otra Ciudad es una historia de empresas, sueños y entrañas que Rivas escribió como ganador de la convocatoria nacional lanzada en Colombia en 2013 para escritores. El premio de dicha convocatoria era la realización de un proyecto de investigación y escritura sobre novela empresarial. Fue publicada en 2014 por el Fondo Editorial de la Universidad EAFIT de Colombia y el autor la califica como novela biográfica de índole social.
Debemos reconocer que esta lectura nos lleva a la reflexión sobre si nuestro quehacer de la propiedad real de nuestra estancia es una constante transformación y enfrentamiento con lo que es considerada la verdad histórica de nuestra razón interpretativa social y religiosa. Paralelismo que resulta ser una actitud desafiadora que descompone el poder enorme de la mentira. Protagonista de las normas establecidas, para así mantener el curso de nuestra existencia con argumentos muy discutibles. Interrogación manifiesta de la Iglesia inalterable y las fuentes de donde surge fruto de una meditación laica del otro lado de la historia de la religión.
No quiero entrar en si algunos de los muchos espías que circulaban hace años por aquella Europa dividida, entre la democrática y la del “socialismo real con la creación de un hombre nuevo”, como una vez derrumbado el Muro de Berlín parte de ellos se vieron obligados de ir al paro.
Creo que lo que permanece en el tiempo más allá de una generación, se lo ha merecido de alguna manera, por lo que significó entonces, y tanto por lo bueno como por el daño que pueda haber causado.Las misas, los homenajes, los nombramientos, los premios in memoriam son un poquito patéticos.El concepto ligado, en cambio, a la gratitud, por alguien que ya no está, el reconocimiento póstumo ligado al afecto, a la emoción, a valorar un objeto que represente esa ausencia, me conmueve.
La trama va avanzando en zigzag, esto es, alternadamente, se suceden los capítulos en los que uno de los dos protagonistas marca la impronta, porque, sí, dos son los protagonistas, y dos son las historias que hacia el final acabarán confluyendo al estar impulsadas por el mismo combustible, si bien con propósitos antitéticos, ya que Cifu y Guti encarnan respectivamente el paradigma de la salvaguarda y transgresión de la ley.
Ahora que estamos en el centro de la pandemia, creo que nos hemos refugiado en el placer de lo cotidiano y de lo pequeño y nos hemos visto reconfortados. No sé si, cuando traspasemos esta situación, quedará mucho de todo esto o no, pero quiero pensar que aprovecharemos para vivir un poco más despacio y sacarnos de encima todo lo que no es esencial. A veces como ahora, la vida nos detiene y nos obliga a bajar la velocidad y recuperar el norte para seguir avanzando.
A sus 12 años la familia toda se trasladó a Puerto de Santa Cruz al Sur de la Argentina ya que mi abuelo se radicó allí para ejercer su profesión de médico por un año aproximadamente, por la ocurrencia de organizar un Carnaval disfrazando a todas las chicas y chicos del pueblo se ganó que el cura en el sermón del domingo dijera que “el demonio había llegado a esas tierras”.
Sacco ha configurado la narración de menos a más. En primer lugar, presenta al pueblo dene y su cultura, un pueblo cazador, trampero, que practicaba una economía de auto subsistencia, plenamente sostenible. En este entorno el hombre, el dene, es un animal más, adaptado al medio ambiente que habita.
Las dos monedas son mucho más que un símbolo; representan el arranque de una aventura, de una metamorfosis. Lo viejo y lo nuevo ante un joven al que aún aguarda todo. Y este personaje -como dije en la presentación- me recuerda a un “enfant terrible” de la literatura francesa; a “le noveau Rimbaud”, Raymond Radiguet, autor de una de las novelas más inquietantes del siglo XX: El diablo en el cuerpo.
De manera que dicha situación inicia su andadura tensa cuando aparece un primer cadáver y la capacidad profesional de Mason se sitúa como el de un equilibrista sobre el alambre a diez metros de altura la pista del gran circo de lo humano. Sin embargo no tarda mucho la aparición, de forma extraña y confusa del primer cadáver.
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