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Tras el segundo trimestre consecutivo de caída del PIB, la eurozona se encuentra técnicamente en una recesión que se inició en octubre de 2022. Si bien es cierto que este frenazo no está afianzado, la tendencia comienza a dibujarse: una trayectoria bajista y una caída a territorio negativo. Aunque se aproxima al cero en el cómputo global, la variación del PIB muestra divergencias notables tanto a escala geográfica como en los grandes agregados o incluso a escala sectorial.
De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, el desempeño del sector construcción afrontará a nivel global en 2023 un alto grado de incertidumbre, marcado por la posible recesión económica en diversos mercados, la escalada de precios de la energía y los altos tipos de interés.
El consenso sobre una recesión en Europa ha desaparecido, y entre las razones se encuentra la bajada de los precios de la energía, la reapertura más rápida de lo previsto de China, la resistencia del sector privado y la modesta relajación de las condiciones financieras mundiales. Según estos factores, es posible que la economía mundial registre un crecimiento tendencial en la primera parte del año y que la recesión en el mundo occidental se retrase hasta finales de año.
Tras un periodo de relativa calma en los mercados, llega febrero con subidas en el precio del dinero de las principales autoridades monetarias (Reserva Federal y Banco Central Europeo) y con las preocupaciones de Gobiernos, empresas e inversores sobre el devenir de la economía en 2023.
La relación cobre/oro es un termómetro del mercado del apetito por el riesgo, los temores de recesión y las rentabilidades de los bonos a largo plazo. Su poder de predicción proviene de los usos muy diferentes de las dos materias primas. El oro es el activo financiero más seguro desde hace más tiempo, mientras que los usos industriales del cobre son tan amplios que se le conoce con el sobrenombre de "Dr. Cobre" por su "doctorado" en economía.
Un día una pandemia viral se extendió por todo el orbe, algo impredecible que se escapaba a la miope visión que únicamente podían esbozar los ojos ante hechos que se escapaban de los parámetros conocidos e inevitablemente, la sociedad recurrió al "efecto mariposa" para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que iban configurando el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaba gestando.
Enfrentada a un mix de desafíos sin precedentes, la economía mundial encara un fuerte deterioro de su crecimiento. Este panorama mejorará ligeramente tras 2023 cuando, previsiblemente, las actuales medidas de los bancos centrales y la normalización de las cadenas de suministro contribuyan a aliviar las presiones sobre los precios.
Los Estados han de poner las medidas necesarias que estabilicen los mercados financieros. De lo contrario, la pobreza se ensanchará, las desigualdades serán manifiestas y además aumentará el déficit de financiamiento para luchar contra el cambio climático, lo que requiere a los países ricos, poner fin a la crisis de la deuda.
El PIB intertrimestral de España sube hasta el 1,5%, por encima de lo adelantado, y el interanual queda en el 6,8%, también varias décimas por encima de lo previsto. El consumo familiar sigue siendo positivo, aunque ya puede verse que, hacia los trimestres siguientes de 2022, ese consumo va a pasar a terreno negativo, según nuestra previsión.
Según un informe, casi dos tercios de los españoles considera que los políticos no están haciendo suficiente para hacer frente a la inflación. El 60% de los españoles están afrontando con dificultades la cesta básica de la compra, un 7% más que la media global. Además, el 31% de ciudadanos de nuestro país confiesa no llegar a final de mes.
Cuadrigas humeantes sin caballos de distintas regiones se desplazarán allende los mares a realizar competencias en circos lejanos. En la Galia, hispanos y germanos, de Retia y de Tracia se enfrentarán en un pequeño estadio cuadrangular arrojando una bola por encima de una red similar a la de los gladiadore.
El incremento se produce tras las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que augura un futuro “sombrío y más incierto” en sus perspectivas económicas. Las previsiones para España caen ocho décimas y 1,3 puntos para 2022 y 2023 respectivamente, según el FMI.
Los precios del cobre se han desplomado un tercio desde sus máximos de marzo, el doble de la caída observada en las materias primas en su conjunto, como consecuencia del peso de los crecientes temores de recesión, una recuperación china en apuros y el repunte del dólar estadounidense. Los usos omnipresentes del cobre, desde la construcción hasta la transición verde, convierte a esto en el ‘canario en la mina de carbón’ de la desaceleración del crecimiento mundial.
“Los datos macro que se van publicando dan lecturas demasiado mixtas para tener una idea clara de hacia dónde vamos y la sombra de la recesión comienza a alargarse, de cara al último tramo del año o comienzos del siguiente. Las dudas en los inversores se mantienen altas en temas tan vitales como la evolución de la inflación y, de manera creciente, los temores acerca del impacto que las subidas de precios y los mayores tipos de interés tendrán sobre el crecimiento”.
Comentario diario de mercado elaborado por Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, en el que aborda la posibilidad de que la tendencia bajista de los mercados se alarga ante los riesgos de recesión existentes.
Bancos centrales, como el europeo, solo tienen como objetivo controlar la subida de precios. Sin embargo, estamos viviendo la inflación más alta de los últimos cuarenta años y, hasta ahora, prácticamente no han tomado ninguna medida. Primero dijeron que ere muy pasajera y cuando comenzó a alargarse, no hicieron nada. ¿Cómo es posible que, teniendo todo el poder y estando siempre tan seguros de lo que dicen, no han evitado esta subida de precios tan grande?
Las dudas ante una próxima recesión se elevan entre los inversores y, aunque todavía lo hacen de forma tenue, también constituye una tendencia innegable, a juzgar, por ejemplo, por los datos del motor de búsqueda de Google. ¿Deberíamos preocuparnos seriamente, a pesar de que las previsiones de crecimiento económico para 2022 sigan siendo muy altas (más de un 3 % en Europa y EE. UU., según el consenso de Bloomberg) y aún más de cara a 2023?
Especialistas analizan la escalada en los precios de las materias primas como consecuencia de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia y su impacto en la inflación. En este contexto, la renta variable mundial está sometida a una fuerte volatilidad y “aunque todavía parece haber un gran sentimiento de aversión al riesgo, los mercados parecen más abiertos a asumir cierto riesgo y a reinvertir en valores growth”, explican.
La actual burbuja bursátil sería fruto de la euforia en Wall Street y por extrapolación del resto de los mercados bursátiles del mundo como resultado de las políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo que han inundado los mercados de liquidez con la esperanza de reactivar la economía después de la crisis de 2008, combinado con el hecho de que las inversiones en deuda soberana no aportaban ganancias.
Un día una pandemia viral se extendió por todo el orbe, algo impredecible que se escapaba a la miope visión que únicamente podían esbozar los ojos ante hechos que se escapaban de los parámetros conocidos e inevitablemente, la sociedad recurrió al “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que iban configurando el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaba gestando.
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