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La titular de Trabajo persigue un triple propósito: que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, que se alcance por fin el 60% del salario medio nacional como recomienda la Carta Social Europea y que las futuras subidas salariales queden reguladas y aumenten automáticamente sin que tengan que estar al albur del gobierno de turno o de su aprobación en el Congreso de los Diputados.
A principios de año, el Gobierno anunciaba la aprobación del aumento del salario mínimo interprofesional en un 5% hasta llegar a los 1.134 euros mensuales en 14 pagas. Se trata de una medida con un impacto directo en la cuenta de resultados de empresas españolas y, por ello, ha contado y cuenta tanto con detractores como partidarios, entre los que se encuentra la pyme, que conforma casi la totalidad del tejido productivo de España.
La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) acude a la firma del acuerdo de la subida del Salario Mínimo Interprofesional entre sindicatos y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Desde distintos sectores se ha estado afirmando que la subida del SMI podía traer consecuencias negativas sobre el empleo, por las posibles pérdidas cuantiosas de contrataciones, hecho que queda desmentido con los actuales datos de empleabilidad.
A pesar de una subida acumulada del 54% del Salario Mínimo Interprofesional desde el año 2018, tras la llegada del socialista Pedro Sánchez a La Moncloa, España continua lejos de las grandes economías de la Unión Europea en este apartado, siendo superado por Luxemburgo, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Irlanda y Francia, según los últimos datos registrados por la Oficina Europea de Estadística, Eurostat.
Esta pasada semana nos hemos encontrado con la subida del salario mínimo interprofesional en un 5%. Es decir, que el que tenga un trabajo estable en estos días, cobrará como mínimo catorce pagas mensuales de 1.134 euros. Hemos podido comprobar como, llenos “de orgullo y de satisfacción”, los artífices de esta subida manifiestan sus logros en el aspecto de la mejora en los salarios.
A nadie se le escapa el interés y trascendencia de la retribución en momentos de enorme complejidad como los actuales, y donde las subidas del SMI, la importante escalada de los precios vista durante el último año, la necesidad de atraer y retener talento en las organizaciones, son solo muestras de la realidad poliédrica de una institución, el salario, sobre la que están lloviendo ríos de tinta en los últimos años.
El Consejo de Ministros ha hecho oficial hoy el incremento en un 8% del Salario Mínimo Interprofesional, que ascenderá desde los 1.000 euros mensuales distribuidos en 14 pagas anuales a los 1.080€ mensuales en el mismo periodo. Un cambio que puede traer dudas en cuanto a su aplicación y al efecto que puede causar tanto en las empresas como en los trabajadores.
Este reconocimiento, sin embargo, no significa que se pueda considerar que Calviño esté defendiendo todos los intereses que dice defender mayoría del gobierno. No hay declaración suya en la que no se esfuerce en proteger los intereses de la gran patronal y de la banca así que, con independencia de que tenga o no el carné del PSOE (lo que yo desconozco) se puede decir de forma más que metafórica que forma parte de otro partido, ese de las grandes empresas, el IBEX y los banqueros que no se presenta nunca a las elecciones pero que actúa como si las hubiera ganado todas.
Con el objetivo de que los principales partidos políticos incluyan medidas en sus programas electorales para luchar contra la desigualdad, Oxfam Intermón ha organizado hoy un encuentro, a poco más de un mes para la celebración de las Elecciones Generales de abril.
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