El impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es, en teoría, un tributo progresivo: cuanto más ganas, más contribuyes. Sin embargo, en la práctica, la carga fiscal no está repartida de manera equitativa. Mientras los grandes patrimonios encuentran mecanismos para reducir su tributación, las rentas más bajas y medias siguen siendo las que más sufren el peso del IRPF. Es evidente que el sistema necesita una reforma profunda para garantizar que quienes menos tienen no sean los que más sacrificios hagan.
El problema del IRPF en España radica en la distribución de los tramos impositivos y en las exenciones fiscales que benefician a quienes más ganan. Actualmente, cualquier persona que supere los 15.000 euros brutos anuales ya está obligada a pagar IRPF, mientras que quienes apenas superan el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ven cómo una parte significativa de su sueldo se destina a Hacienda.
Esto supone una injusticia clara: alguien que apenas llega a fin de mes, está contribuyendo al mismo sistema que permite que grandes fortunas utilicen sociedades instrumentales, deducciones fiscales y otros mecanismos legales para reducir su tributación efectiva. Mientras tanto, los asalariados con rentas bajas no tienen margen para esquivar el pago, porque su contribución se descuenta directamente de la nómina.
Para garantizar un sistema más justo y equitativo, es necesario un replanteamiento completo de los baremos fiscales. Algunas medidas clave serían:
Aumento del umbral mínimo exento de tributación: actualmente, la exención para los asalariados es de 15.000 euros anuales, una cifra insuficiente en un país donde el coste de vida ha subido considerablemente. Este umbral debería elevarse al menos hasta los 23.000 o 25.000 euros, evitando que quienes apenas superan el SMI tengan que destinar parte de sus ingresos a Hacienda.
Tramos de IRPF más progresivos: Hoy en día, la diferencia entre las rentas medias y altas no está bien reflejada en la escala impositiva. Es necesario que los tramos superiores del IRPF aumenten su contribución asegurando que los grandes ingresos tributen de forma más justa y proporcional.
Eliminación de deducciones abusivas para grandes fortunas: actualmente, quienes tienen más dinero pueden acceder a beneficios fiscales que reducen su carga tributaria. Estas exenciones deben revisarse para evitar que los que más ganan sean los que menos pagan proporcionalmente.
Mayor control sobre la evasión fiscal: No solo se trata de cambiar los baremos, sino de garantizar que las rentas más altas realmente paguen lo que les corresponde. Es necesario reforzar la inspección fiscal y endurecer las sanciones contra quienes utilizan paraísos fiscales y estructuras opacas para evitar tributar en España.
Deducciones fiscales enfocadas en las rentas bajas y medias: Si hay incentivos fiscales, deben dirigirse a quienes realmente los necesitan. Las deducciones por vivienda, educación o gastos esenciales deben priorizar a los ciudadanos con menores ingresos, no a quienes ya tienen suficiente patrimonio.
La justicia fiscal no es solo una cuestión ética, sino también económica. Si quienes menos ganan dejan de ser castigados por el sistema impositivo, tendrán más capacidad de consumo, lo que beneficiará a la economía en su conjunto. Al mismo tiempo, si quienes más tienen contribuyen de manera justa, el Estado contará con los recursos necesarios para garantizar servicios públicos de calidad sin exprimir siempre a los mismos.
El actual sistema de IRPF necesita una reforma real, no solo ajustes superficiales. No es normal que quienes apenas llegan a fin de mes tengan que tributar como si fueran privilegiados, mientras las grandes fortunas encuentran formas de pagar menos. La progresividad fiscal debe de ser una realidad, no solo una promesa, los discursos vacíos ya no sirven para nada, es como una ofensa a la inteligencia de los ciudadanos, se creen que somos tontos, y esto no va de partidos ni de colores, va de ser honestos, de hacer las cosas bien y de cumplir con lo que es legalmente proporcionado y equitativo para cada persona.
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