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La primavera ciudadana de 2018

La del 68 tardó en llegar a España pese a que la “calle” se movía. Lo sigue haciendo, no ocurre así en el Legislativo, pese a los excesos del Ejecutivo ¿Qué pasa?
Carlos Ortiz de Zárate
sábado, 26 de mayo de 2018, 12:01 h (CET)

La primera respuesta, como indicaba en el artículo “La huelga de jueces y fiscales”., que Puedes leer aqui, es que la Transición ha conservado pilares del franquismo y, como ocurría en el 68, nuestras voces se acallan en las instituciones. El franquismo está a sus anchas…


En el artículo mencionado planteo que así ocurre en la justicia. Mariano Sánchez Soler, en su artículo: “Los herederos del franquismo y las grandes fortunas de hoy, indica que así ocurre con el poder financiero.


La historia de España durante el siglo XX es también la historia de un enriquecimiento perpetrado en condiciones excepcionales. Grandes nombres, los poderosos personajes que unieron su fortuna y su destino a la suerte del franquismo, desde el entorno familiar del general Franco y en la cima de su régimen, han sabido adaptarse al sistema democrático, mientras una nueva generación (Aznar, Rato, Trillo Figueroa, Arias-Salgado, Fernández-Cuesta, García Escudero, Calvo-Sotelo, Fernández-Miranda, Cabanillas, Mariscal de Gante... apellidos viejos con rostros jóvenes) se preparaba para ejercer el poder bajo la Monarquía parlamentaria.


También subsiste el “régimen territorial”:

Los grandes apellidos catalanes que fraguaron su poder en la España de Franco”.


Ahora, como en los años 40, los apellidos que continúan ejerciendo el poder económico y político en Catalunya son los Millet, los Cortina, los Carceller, los Mateu o los Trias, mientras que al conjunto de España son los De Oriol, López de Letona, De la Mora y Mon, Suárez o De Borbón, por poner algunos ejemplos", señala a Público el periodista Lluc Salellas, que acaba de publicar la obra El franquisme que no marxa [El franquismo que no se va] (Edicions Saldonar), un trabajo de investigación en el que analiza, entre otros puntos, las conexiones entre las grandes familias catalanas y el régimen de Franco.


En 1980, Juan Luis Cebrián publicó La España que bosteza . Veía así el Pacto de la Moncloa: “La derecha [lo] utilizó para agrupar y consolidar sus fuerzas, evitando… que la izquierda asumiera siquiera parcialmente el poder”.


Los partidos del poder han hecho sus remiendos, como explica Ana Tudela en “Privatizaciones: como si no hubiera un mañana (I)”.


Año 1996. El Partido Popular llega al poder y se encuentra la puerta abierta. Los gobiernos socialistas de Felipe González se han encargado de abrir el melón de la venta al capital privado de participaciones en grandes empresas públicas, no solo en pérdidas como Seat, vendida al grupo Volkswagen, sino también algunas de las que, lejos de suponer un lastre para el Estado, daban altos beneficios.


La realidad es que, cuando llega el PP al Gobierno, de Telefónica queda ya solo un 21% en poder del Estado; de Argentaria, un 28,1%; de Repsol, un 10%; de Gas Natural (a quien se le vendió la pública Enagás creando un monopolio gasístico de facto), un 3,8%... Sigue siendo mayoritario el capital público en Tabacalera (52,4%) y sobre todo en la pieza más valiosa del joyero: Endesa, en la que el Estado mantenía el 67% del capital.

Un ejemplo de los cambios:


Argentaria precisamente había sido uno de los primeros destinos de los chicos de Rato. Apenas 15 días después de llegar al poder, el PP sustituyó en la presidencia a Francisco Luzón por Francisco González. Luzón no se fue a fundar Podemos ni era un quintacolumnista del comunismo metido en la entidad. De hecho, fue rápidamente fichado por Emilio Botín y se encargaría con el tiempo de convertir América Latina en la principal fuente de ingresos del Santander. La única explicación para su salida cuando llegó el PP es que no era de los suyos. Los elegidos.


¿Es de extrañar la invasión de la corrupción? ¿Hasta cuándo seguiremos soportando el “garrote vil” de los recortes? La justicia no ha pedido seguir ignorando la corrupción del partido del gobierno. Al mismo tiempo, aquella se dispone a cursar una eurorden de busca y captura contra el rapero mallorquín Josep Valtonyc, por un delito que las justicias de los Estados de Derecho no reconocen como tal. ¿Qué hace falta para que despertemos de la Santa Siesta?

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