Hermanos: Esto va demasiado deprisa para mi gusto. En apenas quince días hemos tenido tres gobiernos diferentes, dos presidentes del gobierno, dos entrenadores de selección española de futbol (claro) y a saber dónde estaremos cuando estén ustedes leyendo esta columna.
Ahora, en la época del “tuit”, todo es breve y rápido. Si no, deja de ser moderno. Los gobiernos dejan de tener los cien días de cortesía y pasan a tener cien segundos. A partir de ahí los neo-investigadores pasan a buscar los tweets que un mal día uno escribió hace diez años (y ya ni se acuerda). O alguien de la Agencia Tributaria o de la Administración de Justicia filtra que tuviste un encontronazo con Hacienda (no “somos todos” porque eso era un eslogan ¿lo recuerdan?). Por eso, y ante la velocidad que nuestras vidas están cogiendo, les recomiendo que procedan a darse de baja en Twitter. O por lo menos no lo lean, será más sano para ustedes. Yo hace meses que no miro mi cuenta de twitter y, la verdad, no lo echo nada en falta.
En cuanto al tema de la Agencia Tributaria, no hay solución. Como no puedes darte de baja, ni puedes dejar de seguirla (al menos todos los años por estas fechas y los que somos autónomos cada tres meses), no nos queda más remedio que estar bajo el riesgo de que, en el momento de que puedas tener la menor veleidad política o llegues a ser elegido para un cargo, algún irresponsable de Hacienda o de algún Juzgado puede filtrar que hace diez años en la venta de tu piso “intentaste engañar a Hacienda”.
Temblad hermanos, porque de esto no se salva ni la madre Teresa de Calcuta. Amén.
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