No se si ya lo han conseguido. Pero estoy seguro que lo conseguirán. Y es lógico. Hay que dejar espacio para airear las alegrías y miserias de los “grandes hermanos”, “mujeres, hombres y viceversa”, la cría del galápago viudo en el congo ex belga y la búsqueda y traslado de los restos de los fallecidos en España desde la llegada de Viriato al poder.
Nos lo tenemos bien merecido. Nos hemos acostumbrado a asistir a la Misa “a la carta”. A la hora que nos conviene, con el celebrante que nos gusta y en el banco que hemos usado “desde siempre”. Hemos visto normal el incluir la celebración de la Eucaristía en cualquier acto civil o militar que se precie. Dándole más importancia a las formas que al fondo.
Siempre recordaré como nos contaban algunos amigos sacerdotes malagueños en la Diócesis de Cumaná, en Venezuela, su experiencia para llevar la Celebración a cientos de kilómetros donde les esperaban a lo largo de muchos días para poder vivir los Sacramentos.
Nos tenemos que ir acostumbrando a valorar la Eucaristía que podamos celebrar y allá donde sea posible. Templos no nos faltarán, pero celebrantes y fieles disminuirán día a día. Peor lo pasan otros. Esos que se juegan la vida en los países en los que ser cristiano es casi delito.
Así que daremos gracias a Dios porque seguimos teniendo el canal 13 donde se celebra diariamente la Eucaristía y algún que otro canal de pago que también la emite. Nuestros mayores y enfermos lo agradecerán y al que no les llegue que cuenten con que alguno de nosotros le acompañará un rato y le transmitirá la palabra de Dios. Yo me comprometo personalmente para el que me necesite.
Por tanto estad preparados: el Día del Señor Jesús se va a transformar en el día del Señor Presidente del Gobierno de turno. Cosas veredes.
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