El aula Pablo VI acogió a estos indigentes, que habitualmente circulan por la ciudad de Roma, como colofón a una serie de actos dedicados a los necesitados. Asimismo que se ha colocado un hospital de campaña en el centro de Roma que ha atendido a miles de personas sin tarjeta sanitaria y sin dinero.
Hasta aquí la noticia romana. En Málaga se reparten alimentos a unos 40.000 necesitados desde el Banco de Alimentos (Bancosol) a lo largo de todo el año, procedentes de los excedentes de producción, las donaciones de empresas alimentarias, supermercados y aportaciones de los particulares. Desde Calor y Café, los comedores sociales tales como Patronato de Santo Domingo, Los ángeles malagueños de la noche, San Juan de Dios o el comedor de Miraflores: “Yo soy tú”, se atienden a unos cientos de transeúntes y desfavorecidos facilitándoles alojamiento, comidas y servicios varios.
Desde las entidades que constituyen la Agrupación de desarrollo para personas sin hogar, se nos ha convocado en rueda de prensa en el día de hoy a fin de presentar la campaña: “¿Y tú que dices? Di basta. Nadie sin hogar. A las 12 de la mañana se ha convocado una manifestación en la plaza de la Constitución como inicio de la celebración del Día de las Personas sin Hogar el día 25 de noviembre. Estas personas sin hogar también tienen problemas de todo tipo. Detectados desde la “Puerta Única”, son distribuidos entre esa serie de instituciones que les hacen la vida un poco más llevadera.
Ojalá no tuviéramos que dar esta noticia. Ojalá no fueran necesarios los esfuerzos de Caritas por erradicar la pobreza. Ojalá se eliminaran los listados de familias en situación precaria. Ojalá la justicia distributiva sustituya a la pobreza. Ojalá la abundancia de trabajo elimine el paro. Ojalá la cultura y la formación quite a los desarraigados que viven en las calles.
Mientras tanto, pedimos a Dios que el ejemplo del Papa Francisco y de tantas personas que, desde el anonimato, dedican sus esfuerzos a paliar esta situación que nos hace acordarnos, aunque solo sea en las fechas señaladas, de los que tienen menos que nosotros. A darnos cuenta de que el despilfarro de una parte de la humanidad, sería suficiente para paliar el hambre en el resto de ese mundo que ansía parecerse un poquito a nosotros, aquellos que comemos tres veces al día.
El Papa Francisco, una vez más, nos ha marcado el camino para paliar un poco la situación actual. Sin demagogias ni falsas promesas. Dando y dándose.
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