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​Bruselas tensa las relaciones con Trump, apoyando dialogar con Maduro

Las dudas y la debilidad de la UE condicionan un apoyo explícito a Guaidó, el único presidente legítimo de Venezuela
Miguel Massanet
miércoles, 20 de febrero de 2019, 14:55 h (CET)

Es evidente que la serie de problemas que vienen afectando últimamente a la UE, especialmente los que vienen derivado del brexit inglés, de la situación italiana y de la inminencia de unas nuevas elecciones para designar un nuevo Parlamento Europeo, en sustitución del que ha finalizado su mandato; en las que es muy posible que los populismos que se vienen manifestando, con pujanza, en algunas naciones europeas, puedan irrumpir con fuerza en los resultados de los comicios previstos para el 23-26 de Mayo del 2019, afectando a la composición de la cámara con, no sabemos, que posibles resultados en la política europea de los próximos años. Tampoco Alemania, la que hasta ahora se había constituido en el eje de la UE, se halla en sus mejores momentos, con la señora Merkel en uno de sus peores momentos y con fecha fija de la caducidad de su mandato, lo que se combina con los momentos de más baja popularidad del señor Macron, en Francia, acosado por el movimiento de los chalecos amarillos y acusado del deterioro de la situación del país, por sus enemigos políticos. Todo ello ha situado al bloque europeo en un momento especialmente débil y delicado, que se ha agravado con los desencuentros con el señor Trump, el presidente de los EE.UU, una situación que no permite abrigar muchas esperanzas respecto a mantener lo que fueron, no hace mucho tiempo, unas excelente relaciones entre ambos bloques de naciones.

No creemos que la ambigüedad de la postura europea respecto al problema de Venezuela y la escasa sincronía respecto a las medidas que se quieren adoptar entre los EE.UU y la UE, que parece más partidaria de potenciar la plataforma que es partidaria del diálogo con Maduro para intentar una salida pactada entre Maduro y sus opositores y la determinación de Trump de acabar por la vía rápida con la dictadura de Maduro que ha llegado a un extremo en el que parece imposible que se pueda seguir sosteniendo, mientras cientos de miles de venezolanos están padeciendo pobreza extrema y carencias de lo más elemental para vivir decentemente, a pesar de los esfuerzos del tetrarca para desmentir a quienes vienen denunciando la situación insostenible en la que se halla el pueblo venezolano. Sin duda alguna no queda más remedio que estar de parte de las principales naciones europeas que, individualmente, han ido reconociendo al nuevo presidente, señor Guaidó, dejando a la UE en el más absoluto ridículo, con sus reparos respecto a situarse, claramente, al lado de la parte más perjudicada por el dictador venezolano.

Ni que decir tiene que, en esta ocasión, España, en manos de este presidente, Pedro Sánchez, que se aferra al cargo como lapa a la roca, está teniendo un comportamiento, como ocurre en casi todo en lo que interviene el gobierno español, completamente equívoco debido a que intenta, a la vez, aparecer duro con el matarife Maduro y, por otra parte, evita tomar decisiones que le puedan molestar demasiado, aunque la verdad es que él ex presidente venezolano no se anda con chiquitas cuando se trata de poner de “chupa de dómine” a todos los miembros del Gobierno español, con su presidente en primer lugar. Como no puede ser de otra manera, “quien es amigo de mis enemigos es también mi enemigo” y esta será sin duda la consecuencia de que España, como Bruselas, sea una de las pocas naciones que sigue creyendo (ya lo hizo en otro tiempo confiando en Rodríguez Zapatero para que intentara convencer a Maduro de que desistiese de su intento de actuar como dictador), como ha demostrado el señor Sánchez en sus relaciones con los separatistas catalanes, con un diálogo con Maduro (México, UE, y varios países, junto a España apuestan por seguir dialogando) ahora parece decidido a emplear el mismo procedimiento con Maduro, a pesar del sonado fracaso de sus relaciones con el separatismo catalán.

En realidad, parece ser que el señor Borrell (qué decepción hemos tenido con este señor que parecía el único ministro sensato y de fiar del gobierno actual, fiel al señor Sánchez) ya ha solicitado, de la alta representante de la UE, que convoque un Consejo de Asuntos Exteriores para exponer la postura de España con el tema venezolano. Ha manifestado que: “España no apoyaría y estaría en contra de una intervención militar extranjera". Contrariamente a lo que se podría esperar del gobierno español, la expulsión de una serie de eurodiputados españoles por las autoridades venezolanas, no ha sido considerada ni por el señor Borrell ni por el Gobierno como una cuestión grave, que mereciera una repulsa inmediata por parte de España (seguramente porque los eurodiputados objeto de la expulsión eran del PP europeo, encabezados por el señor González Pons, y otra cosa hubiera sucedido si se hubiera tratado de eurodiputados socialistas, en cuyo caso otro gallo hubiera cantado). Estamos pues en lo que se ha convertido en el modus operandi habitual del señor P.Sánchez, para quien cualquier tema que tenga relación con la ética, la moral, mantener la palabra o comprometerse con alguien, no tiene la menor importancia, siempre dispuesto a cambiar de opinión cuando le convenga, a sacrificar a quien sea necesario, a desdecirse de sus promesas o a renegar de sus palabras cuando, por ejemplo, quiso justificar la moción de censura para sacar a Rajoy y convocar, inmediatamente nuevas elecciones legislativas “para que los españoles pudieran manifestarse”. Cómo es evidente no tardó en desdecirse ya ahora, con toda la cara, dice que no se comprometió en cuanto a la fecha de las elecciones.

Apenas hace unos días se reía con los periodistas de aquellos que reclamaban elecciones y, antes de que pasara una semana, este señor convocaba elecciones para el 28 de Abril. Como era de suponer, esta nueva postura adoptado por el Ejecutivo español (recuerden el ultimátum del señor Sánchez dándole a Maduro ocho días para que convocara elecciones o… ¿o qué, señor Sánchez?) apenas ha durado unos días, los precisos para desdecirse y dejar colgado al señor Guaidó que, con algunos amigos como España ya tendría asegurado su fracaso en el intento de derrocar al tirano venezolano. El mismo Papa, que ya cayó una vez en la trampa de intentar dialogar con Maduro, en esta ocasión ha desechado el volver a intentar mediar, manifestando que no volvería a caer en la trampa de darle más aire al señor Maduro. Ahora será la propia UE, en contra del parecer de la mayoría de naciones que, expresamente, han reconocido a Guaidó como legítimo representante y presidente de Venezuela, la que volverá a caer en la trampa de Maduro volviendo a incurrir en el mismo error y estupidez supina cometido por el inútil de Rodríguez Zapatero, un sujeto que, no conforme con dejar España hecha unos zorros, tuvo que intentar meter baza en el caso venezolano con el “éxito” que suele acompañar a todas sus intervenciones. Este personaje merecería que se le declarara persona no grata en toda España, prohibiéndole volver a aparecer por nuestro país. Pero, viendo lo que está haciendo su sucesor, mucho nos tememos que vamos a tener que concederle a este último el título de “desastre nacional”.

Claro que, por mucho que a algunos les pueda disgustar el actual presidente de los EE.UU, señor Donald Trump, no debemos olvidar que sigue siendo el que manda en aquel país y tampoco estamos muy seguros que los demócratas, evidentemente escorados hacia unas izquierdas representadas por una activista que ha subido como la espuma dentro del partido, la señora Alexandria Ocasic Cortez ( algo tendrá de hispana si nos atenemos a su segundo apellido) con la que parece ser que están encantados los más radicales del partido demócrata, pero que tenemos serias dudas de que ocurra lo mismo con los tradicionales clanes de los Clinton o los Kennedy, adinerados contribuyentes que se consideran demócratas pero que, naturalmente, no estarán dispuestos a que el partido al que pertenecen se convierta en un segundo partido de cariz bolivariano, que importe a los EE.UU la peste comunista que ha invadido una parte importante de América y amenaza con hacerlo con algunos países de Europa, entre los cuales, por desgracia, nos encontramos visto cómo se ha arrimado a la extrema izquierda el PSOE del señor Sánchez, que parece dispuesto ( hoy hemos sabido que los socialistas se han unido a Podemos y los separatistas para evitar que los referéndums ilegales se puedan castigar con prisión, lo que equivale que un referéndum en contra de la unidad del país declarado ilegal por los tribunales de Justicia, dejará de poder ser considerado como un delito grave pasando a ser una simple sanción administrativa) ¡En hora buena, señor Sánchez, lleva camino de acabar con España en menos tiempos del esperado, cómo le sigan dejando actuar a la manera de un verdadero depredador del Estado de Derecho!

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, hemos llegado a un punto en el que ya no caben medias tintas, ignorar la realidad, tener tolerancia o seguir haciendo como si no nos diéramos cuenta de lo que tiene en mente este sujeto que nos gobierna y que parece dispuesto a hacer todo lo preciso para acabar con cualquier resistencia, comportándose peor que aquellos a los que más temíamos, los comunistas bolivarianos de los señores P.Iglesias, I.Errejón, P.Echenique o Monedero, a los que hubo un tiempo que considerábamos como lo peor que nos podía suceder a los españoles. Creo que es preciso que todos nos mentalicemos de que, el enemigo nº 1 de la democracia española, ya tiene nombre y milita en el PSOE: ¡el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón!




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