Ya pasaron los dos debates tan solicitados por unos y tan rechazados por otro. Dicen que se hacen para que las personas indecisas vean un poco más claro y se les aclaren las ideas. Yo tengo mis dudas que sirvan para los propósitos que los hacen porque es tanta la hartura política que sufrimos en los últimos tiempos que me parece, la gente los ve más, como si fuera un combate pugilístico o un partido de futbol que con la responsabilidad que deberían tener. El espectáculo estaba servido. Todo muy preparado y muy ensayado. El postureo, los gestos, la indumentaria, la dicción, el que decir, todo, todo, nada a la improvisación no vaya a ser que en vez de rebañar algún voto, se pierdan.
Hay un flanco difícil de controlar, aunque los más veteranos lleguen a medianamente conseguir y es el lenguaje corporal. Los nervios suelen jugar malas pasadas y la expresión de la cara pasa de normal a parecer careta, mandíbulas prietas, mirada al infinito o hacia abajo, rictus maquiavélico, puños cerrados, demasiada rigidez, etc.. Nada nuevo, el perfil bajo, el lobo disfrazado de cordero, el mentiroso compulsivo, el alborotador. Es todo tan ficticio que cuesta creer lo que quieren hacernos creer. Los debates deberían ser mas a menudo, no solo en tiempo de elecciones, con un moderador, si, pero con público sin manipular, espontáneo, que preguntaran lo que verdaderamente les preocupa y que cada uno respondiese de forma verdadera, sin tapujos ni vericuetos electorales, como resolvería cada partido los problemas planteados. Creo que sería una forma más eficaz y constructiva, de tener unos gobiernos más útiles y resolutivos, además, evitaríamos ese gasto inútil de tanta propaganda que no sirve para nada, no más que para ensuciar las calles y llenar contenedores de papel. Tengo entendido que estas votaciones nos van a costar 139 millones de euros. ¿No se podrían emplear en cosas más útiles?
El no querer ver la realidad es actuar como el avestruz, que esconde la cabeza para no ver a su enemigo en vez de ponerse a salvo. Los votantes tienen su voto elegido de antemano, no son muchos los que les puede cambiar su decisión un debate una semana antes de las elecciones. En cuanto a los indecisos, casi todos jóvenes, no se soluciona con medidas demagógicas sino con un buen sistema educativo para que puedan opinar y votar libremente, convencidos de lo que hacen y sabiendo los pros y los contras de su actitud. El haber convertido por varias generaciones una sociedad aborregada para ser mejor manipulable, solamente nos ha llevado a estar en la cola en muchos aspectos dentro de Europa, a tener un grado alto de corrupción, a ser incomprendida nuestra actitud por los países más serios, etc..
El sacar los trapos sucios, aunque sean de tiempos pasados, y tirárselos a la cabeza unos a otros, es entretener y no exponer su programa, la manipulación, el engaño y la mentira demuestran que una persona de esa condición no es la idónea para gobernar un país y es fácilmente manipulable por cualquier otro partido dispuesto a lo que sea para mantenerse en el poder sin importar para nada el bien social de todos los españoles. Es indispensable y urgente un pacto entre partidos para hacer un sistema educativo que dure en el tiempo, sea cual sea el partido que gobierne, que devuelva la libertad de pensamiento a nuestra sociedad y nos sitúe a la cabeza de Europa, el ciudadano español se lo merece, somos trabajadores e ingeniosos pero los políticos actuales no están a la altura. Vayamos mañana todos a votar con responsabilidad y en términos taurinos “que Dios reparta suerte”.
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