No olvide que es el líder de Ciudadanos en Castilla y León y tampoco que su jefe “veleta” es muy cambiante; además, usted destapó el pucherazo que pretendía eliminarlo en beneficio de la segoviana y “patatera mayor”, Silvia Clemente.
Estoy seguro que todos los días le preguntan por la calle si sabe ya a quién va a apoyar. No tenga prisa. Tómeselo con calma. Si tenemos en cuenta que la Junta de Castilla y León no aporta gran cosa a la ciudadanía, salvo preocupaciones, da igual esperar quince días, un mes o hasta octubre. Recuerde que si es presidente la siguiente pregunta va a ser eso de “¿Qué hay de lo mío?”, en caso de que tenga compromisos adquiridos, favores que pagar o prebendas que compensar.
Por cierto, no olvide a su gran amiga, Rosa Valdeón, de quien puede asesorarse. Ella sacó adelante y de la nada una consejería que hoy día sigue siendo la joya de las consejerías, a pesar de que ha cambiado de nombre no sé cuántas veces. Y tampoco olvide que un zamorano y un salmantino pusieron a Rosa a los pies de los caballos, aprovechando el control de carretera, porque sabían que era el ojito derecho de Juan Vicente Herrera, además de que era la persona destinada a la presidencia de Castilla y León. Ya sabe, señor Igea, que la envidia es muy cochina en esta España nuestra: “La envidia sigue al mérito, como la sombra al cuerpo”. Y como dicen que la envidia es muy mala consejera, procure que –llegado el caso—ninguna de sus consejeras se llame así.
Como estoy dispuesto a serle sincero, ya que no me interesan los cargos ni cargas ni prebendas, he de confesarle que yo no pactaría con Alfonso Fernández Mañueco ni para salir a tomar café. Más de una vez he dicho, y no me cansaré de hacerlo, que estamos ante un nefasto político, un desconsiderado ‘cencerro’ y un innecesario incendiario. Además de todo eso, la ciudadanía ha pedido cambio, por lo que no es de recibo más de lo mismo en esta comunidad que se desangra y enmudece cada día que pasa: preparamos a los mejores universitarios de España y siempre acaban aportando su saber en otros lares. Habría que correr a gorrazos o a puntapiés la política que el Partido Popular ha seguido en Castilla y León con la educación. Usted sabe, señor Igea, que los 32 años de lastre no los vamos a superar tan fácilmente. Si quiere regenerar no puede darnos más continuismo. Y en temas de educación, le garantizo que todo el mérito del éxito que refleja PISA es del profesorado, nunca de los políticos ni de los funcionarios de administración.
Deje que los funcionarios con prebendas de la Junta recojan sus papeles y otras cosas. Están asustados, llenos de miedo, ven que pierden la mamandurria. Antes o después tenía que llegar. Permítame un consejo: si tiene que ser presidente, no lo dude; tendrá que ser con el apoyo de Mañueco como alternativa para frenar el desembarco del PSOE, tan ambicioso de gloria, juerga y cargos. Si eso sucede, no dude que nos quitaremos el sombrero ante usted porque habrá hecho una operación de funambulismo que nadie espera. Ahora bien, no olvide el riesgo que eso conllevaría. Los sociatas ya se frotan las manos y hace días que han vendido el oso sin haberlo cazado.
Recuerde cuando Mañueco repetía cual papagayo cansado que entre usted y Tudanca había un acuerdo para alcanzar la Junta. Ahí tiene la primera mentira de Mañueco y como esa recibirá muchas, hasta que encuentre el momento para deshacerse de su usted, de Cs y de ridiculizarlo. En el PP castellano y leonés no se han olvidado de Silvia Clemente: eso dolió sobremanera y, menos mal, que salió usted a la palestra para demostrar el pucherazo. De no haber sido por eso…
No dude en recordar al charro, Fernández Mañueco, si sigue pensando que gobierne la lista más votada. De igual forma, Luis Tudanca siempre defendió que la lista más votada no tenía sentido que gobernara así, sin más, mientras era partidario de todo tipo de negociación como hizo Pedro ‘Plagio’ Sánchez cuando llegó como “okupa” a Moncloa; hoy ha dejado de merecer ese apelativo por méritos propios y deméritos de “Hundidos Podemos”. En fin, como de lo que se trata es de sumar una mayoría pues a ello hay que dedicarse. Lo que más duele de los pactos es que, una vez que reciben el voto los partidos, hacen con él lo que les sale de sus antojos, por eso la Constitución precisa con urgencia una reforma de fondo así como preciso es eliminar la ley D’Hont con su tendencia al vulgar y cutre bipartidismo. Con respecto a Luis Tudanca, no sé si quiere pactar con Francisco Igea. Lo va a tener complicado si se mantiene el cordón sanitario hacia el PSOE. Dudo que Tudanca pase por el arco del triunfo las pretensiones de Pedro ‘Plagio’ respecto a apoyarse en los independentistas, la ultraizquierda, los indigentes intelectuales del peneuvismo, los bilduetarras, sus ‘besitos’ con fantasmas catalanes… El burgalés, Tudanca, nunca se ha pronunciado sobre la igualdad de todos los españoles (no voy a caer en esa cutrez de: españoles y españolas, mordisco y mordisca, feministas y feministos,…) ni sobre el golpe de Estado catalán ni sobre qué piensa sobre los actuales presos por prevaricación, golpismo, malversación de caudales públicos y otras cuestiones como el separatismo vasco y catalán.
Finalmente, le sugiero que se acuerde del comunista cordobés, Julio Anguita; aplique eso de programa y más programa. No se salga de ahí porque en ese terreno va a pillar a más de uno; de momento a los Tudanca y Mañueco, que no es poco pillar. Cuidado con los mensajes vacíos porque hacen daño: tanto los citados líderes, como usted mismo, dijeron tremendas estupideces y absurdeces en los debates electorales en televisión. Muy malos, por cierto. Se notaba que no estaban acostumbrados a esa actividad. El mismo Juan Vicente Herrera hubiera acabado con todos ustedes, desde el punto de vista dialéctico e ideológico, en solo un asalto. Que usted pacte bien, señor Francisco Igea.
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