Lo digo y lo repito, era mucha la felicidad de la que hemos gozado ciertos años, para que, poco a poco y por unos intereses espurios e inconfesables, no se fuese minando y socavando ese estado de paz social que, con esfuerzo, abnegación, renuncia y buena voluntad consiguieron los que cambiaron la dictadura por le democracia.
Hay una malsana voluntad por parte de algunos resentidos y rencorosos que no sólo no vivieron la guerra fratricida ni sus consecuencias, que muchos de nosotros padecimos, para resucitar los ancestrales odios y volver a dividir a nuestro País, otra vez más en las dos Españas.
Allá por el año 2014 irrumpió en nuestra panoplia de partidos políticos Podemos, una formación comunista leninista con la intención de, valiéndose de las posibilidades, demasiado amplias, que da nuestra Democracia, instaurar en España una dictadura semejante a la que padecen tantos países en los que impera el comunismo, como Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Vietnam y otros tantos, pero en el que se da el oximorón o contradicción en los términos más grande es en China.
Lo explico: El Comunismo es un modelo socio económico de organización que no permite la propiedad privada, las clases sociales y la ausencia del Estado. De ahí que tenga tanto predicamento en los estratos menos favorecidos de la sociedad que ven un desiderátum en que no haya privilegios entre los ciudadanos.
En los países que están bajo su férula solo existe un partido único que es el comunista y un negación total de la individualidad. Por lo que son auténticas dictaduras sin posibilidad de libertad no sólo física sino hasta de pensamiento.
Esta doctrina, como lucubración, es admisible, pero su práctica es una utopía, ya que los seres humanos, aún teniendo los mismos derechos y oportunidades no consiguen los mismos objetivos. No merece la misma recompensa la persona esforzada, sacrificada y abnegada que lucha por superarse que aquel a quien le da igual todo, no está dispuesto a sacrificarse por mejorar y pretende que sus problemas sean resueltos por otros. En el caso del comunismo, el Partido. La prueba de que la puesta en práctica de esta ideología es totalmente irrealizable, si se quiere el bien de los ciudadanos, la tenemos con claridad meridiana en lo ocurrido en Rusia, cuya Revolución comunista de 1917 prometía una Arcadia feliz para los subyugados por la tiranía zarista, y, al cabo de 73 años, es decir en 1990, los dirigentes disolvieron el sistema que giró hacia una economía capitalista.
Pero donde se ha demostrado el mayor cinismo e inconsecuencia con los principios comunistas que, como todos sabemos, son totalmente opuestos al capitalismo, es en China.
Han logrado lo que es imposible en Geometría, o sea, la cuadratura del círculo, pues han conseguido combinar y hacer efectivos principios tan dispares como son los que sustentan al Comunismo, y los que dan vida al Capitalismo, pues un régimen totalitario opuesto a la propiedad privada ampara un feroz capitalismo que está invadiendo y endeudando al resto de los, países. Lo nunca visto hasta ahora: el comunismo maridado con el capitalismo.
A juicio de los comunistas, el capitalismo es el mayor mal que puede asolar a la Humanidad, pero considero que es necesario que nos preguntemos cuál de estos regímenes ha hacho más por los habitantes en los que impera. Podemos, fiel seguidor y consejero de países totalitarios, quiere implantar este sistema político y, por ende, la disgregación de España ya que es partidario de los separatistas.
Quienes lo voten y estén de acuerdo con esa doctrina no tienen más que fijarse en el resultado que ha dado el comunismo allí donde ha logrado implantarse, en la mayoría de los casos por la fuerza.
Avisados estamos, quienes quieran la ruina de España no tienen más que votarlos.
Pero, desgraciados el resto de los ciudadanos.
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