En la historia de España ya hubo una “Sanjuanada” en 1926, fue un intento de golpe de Estado contra la dictadura del general Primo de Rivera, llevado a cabo por un grupo de militares que fracasaron en su intento. La noche de San Juan tenían previsto alzarse en armas contra el dictador Primo de Rivera, e incluso en Madrid llegó a leerse un manifiesto de apoyo a los militares rebeldes y los civiles que les apoyaban, pero todo quedó en agua de borrajas, algunas destituciones en la cúpula del Ejercito, los generales Weyler, héroe de la guerra de Cuba, y Batet estaban entre los implicados, y cuantiosas multas impuestas por Primo de Rivera con la aquiescencia de Alfonso XII.
Ahora, otro Rivera, ha sufrido en sus carnes una pequeña “sanjuanada” llevada a cabo por algunos de sus fieles escuderos que han querido destronar al líder para, finalmente, y de momento, ser ellos los destronados. Alberto Carlos Rivera no olvidará el 24 de Junio de 2019, festividad de San Juan Bautista. Por primera vez en 13 años algunos de sus conmilitones, desde dentro de la cúpula de Ciudadanos, se atrevían a desafiar sus ucases, y plantaban cara a sus “ordeno y mando” dejándole con el culo al aire, y todo con la excusa del matrimonio morganático de Ciudadanos con el fascismo representado por esa excrecencia de aires totalitarios que le ha crecido a la democracia española bajo el nombre de VOX.
Entre los protagonistas de esta “sanjuanada” casera los hay de toda calaña y pelaje, algunos, en un rasgo de honradez, como Toni Roldan, uno de los dirigentes del programa económico del partido, y Javier Vázquez, diputado y cabeza de lista en el Parlamento de Asturias, han dejado sus cargos, escaño y sueldo, otros, como Javier Nart, ahora eurodiputado y antes habitual contertulio en las televisiones de la Brunete Mediática, deja el puesto en la ejecutiva pero no el escaño ni el suculento sueldo y prebendas del Europarlamento, Nart simplemente se ha dedicado a teatralizar una pataleta de patio de colegio.
La excusa de todos los cesantes es totalmente increíble entre gentes de su experiencia y formación. Afirman que se van de Ciudadanos porqué el partido es de derechas. Una excusa muy burda, o bien demuestran su total ignorancia al respecto de la ideología de Ciudadanos, un partido que fue creado artificialmente a mediados de la década del 2.000 con la única idea de atacar el catalanismo soberanista, que ya comenzaba a preocupar en ciertas altas esferas del Estado español. Ciudadanos fue, al mismo tiempo socialdemócrata y liberal, para acabar finalmente en estos últimos meses abrazado, para mantenerse, a la misma farola que la derecha extrema del PP i la extrema derecha de VOX. Deslumbrados por los oropeles de un político desahuciado de la política francesa y con la ayuda económica de una parte del empresariado catalán y madrileño creyeron que con Manuel Valls alcanzarían la alcaldía de Barcelona, no pudo ser y la "criada”, el francés, les salió respondona, y una vez metida su testa en la política catalana comenzó a aspirar a más altos cielos poniendo sus saberes al servicio del PSOE, donde también hay gentes con complejo de inferioridad a los que les deslumbra la falsa dignidad y categoría de alguien que tuvo que salir de su puesto en Francia huyendo a uña de caballo.
Pobre Carlos Alberto Rivera, sus deseos de sentarse en los mullidos sofás de Moncloa le han arrastrado desde la cercanía de la ansiada cima a las cuotas más bajas de la miseria política. Sus filtreos y amoríos en la sombra con VOX no han gustado a sus mentores que le han retirado los apoyos, no ha conseguido vencer a Pablo Casado y el PP sigue mirándole por el espejo retrovisor, e incluso la prensa amiga comienza a dejar de mimarle como hasta ahora había sucedido.
Cada día es más evidente que C’s ni tiene, ni ha tenido, ni tendrá un programa de Gobierno. Nacieron, de manera artificial, para atacar la inmersión lingüística en Catalunya, la escuela catalana avalada en su día por todos los partidos políticos, y la televisión pública de Catalunya, la más imparcial según diversos informes. Y se quedaron en eso, en una política de barra de bar, con ciertos aires de matonismo barriobajero con sus comandos arrancando unos lazos amarillos que recuerdan a los presos políticos. Chulescos y mentirosos, hasta su presunto aliado Macron ha denunciado sus mentiras, han perdido toda la credibilidad, y cada día sus mentores y apoyos económicos están más convencidos que si Alberto Carlos Rivera no abandona esa metafórica farola donde, sin vergüenza ni pudor, abraza las tesis de VOX tendrán que dejarle caer. Ellos, los amos del dinero, las empresas del IBEX 35 quieren una Estado estable, y tienen en sus manos todos los resortes para hacer que la situación revierta y las aguas vuelvan a su cauce. Ya lo dijo, hace tiempo, Oliu, alto mandamás del Sabadell, “hay que crear un Podemos de derechas”, y vieron que eso ya existía y era Ciudadanos, apostaron fuerte por Alberto Carlos Rivera, pero si ahora el caballo que querían ganador no les sirve no dudaran en dejarlo caer y montaran otro potro que, domesticado, obedezca sus órdenes.
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