...Pero no he fracasado en el amor,
bien sabiendo lo que soy, me han aceptado y querido
y tratado como a un niño, yo que vivía para el vicio,
ese hombre se me acercó y tocó mi pelo negro,
junto a mis ojos lloró, tomó mis manos muy frías
junto a las suyas que hería pues quería que supiese
que él también dolor tenía, y es por ser como era yo.
Al final me convenció, me bajó un ángel Dios cuando
menos lo esperaba, mis pistolas tiré al río,
dejé de dirigir la banda y le seguí como a un santo
que a un ser humano le habló,
porque tal de mí nacía, ser una persona honrada
y tan solo precisaba tener a mi Salvador.
Ahora vivo de mi sueldo, y con esmero le atiendo,
pero más me ha dado él, me sacó de la quiebra
en que me metiera yo, por creer que era la forma
de hacerse fuerte y mayor.
He mentido, he robado, he matado, pero no he
fracasado en el amor.
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