La alegría de vivir sale de sus manantiales en plena actividad. Su borboteo fragoroso es incesante, estimula los rincones vitales de las personas; a la espera de que surjan las respuestas naravillosas, transmiten la energía para las vibraciones tonificantes. Configura el carácter fluyente de nuestra presencia en este mundo.
Una de sus brillantes manifestaciones deriva de las pinceladas tocadas por la excelencia; quizá un tanto olvidadas, sí. Esas que pudiéramos denominar: TOQUES MÁGICOS
Hay momentos estelares De fina estirpe
De intervenciones certeras Con duchos protagonistas, De reformas oportunas Desde proyecciones amplias.
Exigen ejecutores De fina estirpe.
Con mentes esclarecidas, Actitudes entusiastas, Intenciones solidarias E implicaciones sinceras.
Su brillo luce espontáneo, La historia los difumina Y la persona agradece Por su magia irrepetible. Para la cita de algunos buenos ejemplos de las mencionadas renovaciones, los primeros tramos del ciclo escolar sirven para centrarnos en esa MIRADA ilusionada de los niños absortos en sus aprendizajes iniciales; en los maestros virtuosos para mantener el brillo de esas miradas enfocadas hacia las diferentes vocaciones. Aquí la delicadeza sobrepasa el carácter global de las tareas educativas. Verdaderamente será un hallazgo cualitativo ese encuentro de la sed de conocimientos, hambrientos de los contenidos educativos; con la destreza orientadora para la proyección adecuada de las capacidades de cada alumno. Es insuficiente para ello el simple mantenimiento protocolario; los matices de la inteligencia han de ponerse a prueba.
Las actuaciones fascinantes proliferan, en un mar de incongruencias, eso sí. La detección de conductas encomiables, renovadoras del mejor espíritu comunitario, resultará sencilla para cualquiera, son abundantes. Me centro en primer lugar en la figura de Pedro CAVADAS, ese jóven cirujano que extiende su brillante y audaz cirugía desde Manises al mundo entero. Es su dedicación, preparación y talante quienes dan soporte a su magia. Pero no podemos olvidar por ser desconocidos, la labor de numerosos héroes anónimos en el desempeño de excelentes misiones. Hemos de valorarlos en sus justos términos, en el doble sentido de agradecimiento hacia su esfuerzo y reconocerles su señal trazadora del rumbo a seguir.
Es importante, porque no disponemos de un tiempo ilimitado; por el contrario, ejercemos con carácter de: E S P O R Á D I C O S
La vivaz llama brilla Las cenizas recuerdan Mientras la brasa añora Y su calor escapa
Dicha luz es efímera De presencia fugaz De ofrecimientos suaves De ocasionales dádivas
Con mayor abundancia De unas solicitudes No bien justificadas Ni al fin correspondidas
El brasero se apaga O mantendrá el calor Al son de las ayudas De intercambios sinceros
Flamígeros andantes De final ceniciento De ilusionadas artes Somos transeúntes ocasionales por estas tierras de montes y valles. Junto a los brotes renovadores de plena actualidad, nos acompañan los antecedentes imperceptibles y las magistrales expresiones de los ARTISTAS, que aportan a cada ciudadano las mejores versiones de la realidad. Por su calidad, reflejan una permanencia explícita de lo más esencial de la existencia.
Acaso caducan las sensaciones provocadas por las obras de Eduardo CHILLIDA, con sus estimulantes ensamblajes de los humanos con sus entornos. El “Peine del viento” provoca esa apertura receptiva ante las influencias relacionales con los aires cósmicos, con la humildad de sabernos embarcados en ámbitos enigmáticos y ser capaces de percibirlos. Pero a su vez, la conexión de los materiales con la inteligencia humana, nos introduce en ese compendio de presencias libres en un fondo común. El misterio en vivo.
En otro orden comunicativo, con otro colorido, disfrutamos de las entrañables pinturas de SOROLLA; entre la luminosidad levantina, el oleaje y la calidez ambiental. Incita también a la mirada diáfana sobre los entornos; reseñando la importancia de la luz y de los horizontes extendidos. El esplendor surge liberado de impedimentos.
Del innumerable fondo artístico entresaco hoy las estimulantes versiones SURREALISTAS presentadas por el genial Luis Buñuel y en cierto modo también las locuciones empleadas por el impetuoso hidalgo cervantino. Evidencian la autenticidad de esos entramados subyacentes de tanta influencia para las conductas humanas. Ponerlas de manifiesto nos acerca a la comprensión de nuestros propios mecanismos existenciales.
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