Regus ha presentado el primer Estudio sobre el Impacto Socioeconómico de las Oficinas Flexibles, entre 2019 y 2029, realizado entre más de de 19 países, entre ellos, España. Los resultados del informe global concluyen que el Valor Añadido Bruto (VAB) de las empresas alojadas en las oficinas flexibles generarán 7.224 millones de euros anuales para la economía española, de los cuales 3.876 millones se destinarán a las economías locales en zonas suburbanas y en ciudades secundarias.
España es el 2º país de Europa donde más crece el extrarradio, con un aumento del 139% en los últimos 50 años. A los beneficios socioeconómicos de las economías locales por el aumento de las oficinas flexibles en áreas metropolitanas, las cuales para 2029 albergarán casi 105.000 trabajadores, debe sumarse más oportunidades de empleo a los residentes locales, concretamente, más de 59.000 puestos.
El análisis también mide los beneficios asociados que se generarán con la apertura de una nueva oficina flexible en algún punto del país. A nivel nacional, un nuevo centro albergará un total de 222 empleos permanentes y 126 empleos locales adicionales en la zona. El VAB generado por las empresas alojadas en oficinas flexibles será en torno a los 14,98 millones de euros anuales; a nivel local, el VAB neto generado por las empresas y los trabajadores será de 8,36 millones de euros anuales. En cuanto a los beneficios medioambientales, se reducirán al año alrededor de 122 toneladas de emisiones de CO2.
El estudio también extrae el tiempo que se ahorrarán al año los trabajadores en los desplazamientos en total este ahorro equivaldrá a más de 152.000 días para 2029. Por último, respecto al impacto medioambiental, se espera que el ahorro anual de emisiones de CO2 por la reducción de dichos desplazamientos supere las 46.000 toneladas anuales. Consecuentemente, un menor impacto medioambiental significa una mayor salubridad y, por lo tanto, una mayor productividad de los propios empleados.
A nivel global, el análisis realizado por economistas independientes revela que el crecimiento de los espacios de trabajo flexibles a las afueras de las principales ciudades del mundo contribuirá al desarrollo de una economía flexible con cerca de 229.000 millones de euros a nivel global en los próximos diez años, lo suficiente para construir 360 hospitales de última generación.
Esta tendencia al alza se debe en gran medida por las grandes empresas que están adoptando e impulsando políticas de trabajo flexible, con el objetivo de mejorar el bienestar de los empleados al permitirles trabajar más cerca de casa, con su consecuente ahorro de dinero y aumento de la productividad.
Así, las zonas suburbanas que disponen de un espacio flexible o centro de coworking observan un beneficio en su economía local a través de la creación de puestos de trabajo, tanto dentro como fuera del centro, la dinamización de negocios y servicios de la zona, la mejora de la productividad y la aparición de nuevas oportunidades laborales para los residentes locales.
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