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La tarjeta azul del PP balear | |||
| El caciquismo se moderniza | |||
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El Partido Popular en sus ansias de hacer que la vida de sus súbditos sea lo más deliciosa posible y dado que desde el Gobierno, tanto el de la nación como los autonómicos, son incapaces de poder mantener el poder adquisitivo de los españolitos de a pie y el precario Estado de Bienestar con el que hasta hace poco contábamos ha tenido una genial idea para premiar, al menos, a sus militantes y para mejorar la vida de aquellos que se entregan en cuerpo y alma a la militancia de la muchachada de la gaviota ha creado en Baleares una tarjeta, azul por supuesto, con la que estos elegidos del dios marianista podrán ahorrar en las compras que realicen en más de 300 establecimientos del archipiélago. El caciquismo no ha desparecido de la política española, ha estado presente durante décadas en tierras valencianas donde Carlos Fabra desde Castelló ha demostrado que las viejas tretas caciquiles que emplearon sus antecesores para gobernar todavía le han servido a él para sus trapicheos y sus intereses personales, y este sistema caciquil ha estado presente también en Baleares durante años con la compra de votos que ha llevado a la sombra de la celda carcelaria a algún que otro político isleño. Por tanto el Partido Popular no descubre el Mediterráneo con la creación de esta tarjeta de fidelización a las ideas de la derecha más derechona. Si durante un tiempo sus dirigentes han visto premiada su dedicación al partido mediante los famosos sobres que desde la sede de Génova repartía el ínclito tesorero Bárcenas, ahora que el reparto de sobres está bajo sospecha y vigilado por jueces, fiscales y policía ha llegado la hora de premiar las fidelidades a la causa popular de otra manera y además otorgando pequeñas prebendas al estamento más bajo de la militancia, a aquellos que nunca tuvieron sintieron entre sus manos el dulce y sedoso tacto de un abultado sobre rellenado con esos amoratados billetes de 500 euros que tan difícil se nos hacen de ver a la mayoría de los mortales. El premio a la fidelidad, al mirar hacia otra parte y especialmente a la introducción en la urna de la papeleta del PP es una tarjeta azul con la que obtener descuentos en hoteles, restaurantes, establecimientos de belleza y moda y otros tipos de locales todavía no establecidos ni dados a conocer. El Partido Popular de Baleares es el primer partido político en establecer este tipo de tarjeta, que ya existe como premio a la fidelidad en otros estamentos de la sociedad, ello hablan de innovación y modernidad pero la realidad es que, de una manera puede que legal pero directa, están promocionando el que el personal se apunte a militar en las filas de la gaviota ya que la tarjeta azul se entregará a todos aquellos afiliados al partido en Baleares en el momento de abonar su cuota anual. Nunca creí que llegaría a ver este momento, el instante en el que un partido político regalaría tarjetas de descuento para que el personal se afilie. Y esto lo hace el PP cuando a la vista de las encuestas el futuro del partido marianista pinta de color oscuro, más bien negro, cuando todo indica que van a perder la mayoría, o todos, los puestos de mando de los que ahora disfrutan y cuando, naturalmente, las prebendas y cargos públicos y privados a repartir entre la militancia van a ser muchos menos. Por ello es ahora, antes de que la gente comience a darse de baja en el partido, el momento de ofrecer caramelos, en forma de tarjeta de descuento, para intentar paliar la fuga de votos y militantes que se va a producir antes de las próximas elecciones. Pero me corroe otra duda, me gustaría conocer, a mí y a muchos habitantes de las Baleares, qué comercios van a colaborar en esta campaña de la tarjeta azul del PP. En estos tiempos nadie da nada por nada y la sospecha se puede cernir sobre los comercios implicados haciendo que muchos se pregunten el porqué de su colaboración con el Partido Popular y más en una Comunidad Autónoma donde uno de sus Presidentes y varios de los últimos políticos de la derecha han sido condenados a penas de prisión por sus cambalaches y trapicheos económicos. |
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