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La firme mano de Netanyahu

A largo plazo el islam radical menguará
Daniel Pipes
martes, 15 de julio de 2014, 09:59 h (CET)
El Primer Ministro israelí Binyamin Netanyahu hizo una importante intervención digna de debate cuando se dirigía al Instituto de Estudios de la Seguridad Nacional de Tel Aviv el 29 de junio. Los siguientes extractos proceden de la traducción oficial colgada en el portal del gabinete del primer ministro:

Un cambio histórico se está produciendo en nuestra región, de graves repercusiones para la seguridad israelí y la estabilidad del mundo entero. El acuerdo Sykes-Picot, que hace casi un siglo definió las fronteras de nuestra región, ha llegado a su fin… nos asomamos ahora a muchos años de conflicto e inestabilidad.

Estoy de acuerdo en que el Sykes-Picot, un acuerdo clandestino entre los gobiernos británico, francés y ruso alcanzado en 1916, ha fenecido probablemente. Pero una cosa es que yo exponga esta idea como historiador y analista y otra muy distinta es que lo haga como primer ministro en ejercicio. Probablemente no sea inteligente que el responsable del Estado, que tiene problemas de sobras, se preste a tales elucubraciones públicas. Pueden pasarle factura más que ayudarle.

A largo plazo, dentro de décadas, de medio siglo y desde luego dentro de un siglo, el islam radical menguará… porque no tolera las libertades individuales y la libre iniciativa, que vienen siendo el pilar del desarrollo económico, durante los últimos siglos desde luego. Decaerá porque será derrotado por la revolución de las tecnologías de la información que han dificultado mucho que estos regímenes y movimientos conserven el control largoplacista de las mentes de los jóvenes.


De nuevo, convengo con esta predicción y de nuevo dudo que un líder político deba hacer esta clase de predicciones. El desarrollo económico y la revolución de la información son muy importantes las dos, claro está; pero (1) ciertos islamistas sobrevivieron a éstas (piénsese en Fedulaj Gülen) y (2) los fracasos del islamismo discurren mucho más profunda y más terriblemente que estas dos ideas. ¿Qué hay de su brutalidad, su crueldad parental, su desfasado código penal o sus agresiones imperialistas?

No obstante, cosas parecidas se podrían haber dicho durante los años 30 del destino del Nazismo en su batalla contra el Mundo Libre. El Nazismo salió realmente derrotado. Sin embargo, 60 millones de personas, incluyendo a una tercera parte de nuestro pueblo, perecieron antes de que las fuerzas de la libertad y el progreso lo derrotaran. Por tanto, tan convencido como estoy de la decadencia definitiva del fanatismo islámico, hemos de prepararnos ya para los cuatro grandes retos que ello reviste.

Bien dicho. Esos cuatro retos son:

1. Blindar las fronteras de Israel, y en concreto "construir una barrera de seguridad al Este, levantarla de forma gradual desde Eilat hasta entroncar con la barrera que ya tenemos levantada durante los dos últimos años en los Altos del Golán". Las barreras de otras partes – a lo largo de las fronteras israelíes con Egipto, Gaza, el Líbano, Siria y Cisjordania – han demostrado su valor, así que lógicamente se deduce que también hay que invertir en una a lo largo de [la frontera con] Jordania.
2. Estabilizar la zona al Oeste de la demarcación de seguridad del río Jordán: "En esta zona de Cisjordania, ninguna presencia de efectivos puede garantizar la seguridad israelí más que el ejército israelí y nuestros servicios de Interior". Esto significa que "dentro de cualquier futuro acuerdo con los palestinos, Israel habrá de conservar el control de la seguridad a largo plazo del territorio a lo largo del río Jordán". Aunque adhiriéndose a la solución de los dos estados, Netanyahu la altera muy mucho en este extremo, al negar el control de sus propias fronteras al futuro estado palestino. Sin duda, los israelíes tienen motivos para desconfiar del escalafón palestino.
3. Levantar un eje de cooperación regional. El actual enfrentamiento abre la puerta a una oportunidad de "cooperación regional ampliada" como reforzar a Jordania y apoyar las aspiraciones de independencia kurdas. Inteligente por parte de Netanyahu apoyar públicamente a estos dos factores con la esperanza de que ellos a su vez devuelvan públicamente el gesto a Israel.
4. Impedir que Irán supere el umbral de potencia nuclear. Como los últimos años, ésta sigue siendo la principal preocupación de Israel en materia de seguridad.

Comentarios: (1) Remontándome a 1999, he criticado con frecuencia a Netanyahu pero el excelente análisis de esta intervención sugiere que hay una mano firme al timón. (2) Razón de más para que haya un aliado estadounidense que entienda las preocupaciones en materia de seguridad cuando la administración Obama anda perdida. (2 de julio de 2014).

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