La población que se va de España al extranjero suele decir “No hay país igual en todo el mundo”. Y razón no les falta, España es un país peculiar en más de un sentido. Desde siempre fue un país humilde y con un retardo en aspectos políticos (destacando la dictadura de Franco hasta su muerte en 1975, momento que dio paso a una transición que finalizó con una democracia parlamentaria en el año 1978) como en aspectos económicos, destacando un retraso en la revolución industrial (debido a las numerosas guerras que tuvieron efectos devastadores a niveles demográficos y económicos). A pesar de existir en esta época (s. XX) un despegue en algunos sectores como el siderúrgico, textil o el ferrocarril, la tecnología y el capital se encontraban en manos extranjeras.
Estos acontecimientos que nos parecen muy lejanos, marcaron para siempre el rumbo a seguir de nuestro país. Es cierto, tampoco hay que quitarle merito a las penosas medidas tomadas en los últimos 30 años, como la Ley 6/1998 del Gobierno de Aznar, también conocida como la Ley de liberalización del suelo. Se han aprobado todas las “patochadas” posibles y se dejaron en el tintero todas las necesarias y oportunas reformas estructurales. Como señala Ramón Cesar Bejarano, “somos lo que fuimos y seremos lo que somos”.
Para muchos lo único que se conoce de España hace años se encuentra en los libros de historia, pero se conoce porque Spain is different en la actualidad. En línea con los párrafos señalados anteriormente, nunca se tuvo un sector fuerte a nivel nacional pero la Ley de liberalización del suelo logró que toda la actividad de España fuera a desembocar a un determinado sector, la construcción. Esto provocó que se construyeran entre el periodo de 1997 y 2007, más viviendas que Alemania, Reino Unido y Francia juntos. Una subida galopante y descabellada sí se tiene en cuenta que por superficie, sólo Francia es más grande que España.
En las dos siguientes figuras que representan únicamente los primeros trimestres desde el año 2007 y 2014, se muestra que el sector servicios es la división que más aporta al PIB y que más empleo genera. El sector primario representa en el periodo analizado entre un 2% y un 3% del PIB. La industria se mantiene prácticamente constante en un valor aproximado del 17%. La construcción a pesar de ser parte del sector secundario es tan relevante que se analiza por separado, en el primer trimestre del 2007 llegó a representar aproximadamente un 14% del PIB, mientras que ahora apenas aporta un 6%.
Por último el sector servicios es el que más aporta al PIB de España, pasando de representar aproximadamente un 65% en el primer trimestre del año 2007, a casi un 73% en el primer trimestre del año 2014.
En relación al empleo por sectores existe una relación perfecta con el PIB, por lo tanto, todo el empleo en parte destruido en la construcción y en la industria lo absorbió el sector servicios.
La respuesta a porqué Spain is different se encuentra en los dos últimos gráficos, el sector servicios y la construcción llegan a representar en el último trimestre analizado un 80% del PIB y aproximadamente el 85% de asalariados, se encuentran en estos dos sectores (incidiendo nuevamente que no se incluye la industria). Por lo que se concluye que España es un país de camareros y obreros.
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