La desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción del PP (cuyo paradigma sería el Caso Gürtel), generó un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores originando un “caos constructivo” que facilitó la presentación de una moción de censura por parte de Pedro Sánchez, quien tras lograr el apoyo del resto de partidos de la oposición (excepto Ciudadanos), consiguió finiquitar el Gobierno de Rajoy.
¿Por qué no acepta el establishment la presencia de Podemos en el Gobierno?
La utopía de Pablo Iglesias tras las Elecciones del 28-A era la formación de un Gobierno de Cambio PSOE-Unidas Podemos que diera prioridad a la implementación del llamado Estado social y democrático de Derecho y a una regeneración democrática (mediante la extirpación del cáncer metastásico de la corrupción que habría fagocitado todos los estamentos del Estado español), aunado con una reforma posibilista de la Constitución del 78. Sin embargo, tras la irrupción de la pandemia del coronavirus, la mass media del establishment habría iniciado una feroz cruzada mediática para desprestigiarlo sirviéndose de la dictadura invisible del temor a la supresión de la propiedad privada ante medidas colectivistas presuntamente impulsadas por Pablo Iglesias (implementación de la renta mínima vital y la supuesta “nacionalización de empresas eléctricas y medios de comunicación”). Dicha campaña de la mass media del establishment haría hincapié en que Podemos estaría considerado por EEUU como de “filiación chavista” y que la adopción de dichas medidas por el Gobierno podría reeditar “el caos económico de Grecia y Venezuela” con el objetivo confeso de provocar la salida de Podemos del Gobierno presidido por Pedro Sánchez y la posterior formación de un Gobierno de Salvación PSOE-PP, operación que habría fracaso en el intento.
Aznar y la “Revolución rojigualda” contra el Gobierno Sánchez
Tras la implementación por el Gobierno de Sánchez del Estado de Alarma debido a la crisis del COVID-19, la sui generis democracia española habría devenido en una suedo-autocracia en la que todos los poderes quedan concentrados en el Presidente y en su brazo ejecutor, el Ministerio de Sanidad. En esta tesitura, la oposición se encuentra desarbolada al verse incapaz de evitar la aparición en el BOE de los sucesivos Decretos-Leyes implementados por el Gobierno, quedándole tan sólo el recurso del pataleo. Sin embargo, el ínclito Aznar a través de su fundación FAES habría diseñado una estrategia para descabalgar del Poder al Gobierno PSOE-Unidas Podemos y convocar unas nuevas elecciones.
Para esta operación, Aznar habría elegido a Díaz Ayuso como su nuevo delfín y adalid de la nueva política neoliberal que intenta implementar en el escenario post coronavirus , dado que Díaz Ayuso desde su atalaya de la “Royal Suite” se habría convertido en el azote del Gobierno Sánchez. La primera fase de la estrategia aznariana incluiría una ofensiva mediática para hacer del Gobierno central el único culpable de “la pésima gestión ante la crisis sanitaria”. La segunda fase consistiría en la negativa del PP y Vox a implementar nuevas prórrogas del Estado de Alarma por ser “una dictadura constitucional que restringe las libertades individuales”, pero dado el cambio de actitud de Ciudadanos al apoyar al Gobierno Sánchez en las dos últimas prórrogas del Estado de Alarma, asistimos a la implementación de la tercera fase que intentará aprovechar el malestar de amplios sectores de la ciudadanía por la duración del confinamiento así como la ruina de autónomos y pequeños empresarios para iniciar “una Revolución Patriótica o Rojigualda” que mediante “caceroladas y escraches” desafiará al Gobierno al incumplir sin recato las restricciones incluidas en el actual Estado de Alarma.
¿Resistirá el Gobierno Sánchez la embestida de la derecha?
La revolución rojigualda diseñada por la FAES de Aznar se estaría extendiendo por los diversos feudos del PP y VOX desafiando claramente las directrices del mando único vigentes hasta la fecha, por lo que se antoja inevitable una reacción nítida del Gobierno Sánchez para evitar la imagen de “revuelta social” difundida por la mass media afín a la derecha tardofranquista encarnada en PP y VOX por lo que aduciendo “razones sanitarias”, asistiremos a la prohibición de concentraciones de más de 50 personas siendo disueltas las concentraciones ilegales por métodos expeditivos.
En el plano político, dado que Díaz Ayuso se habría convertido en el azote del Gobierno Sánchez y que los últimos sondeos electorales le auguran una mayoría casi absoluta en la Comunidad de Madrid, no sería descartable la presentación por el PSOE de una moción de censura. Dicha moción sería apoyada por Ciudadanos tras el desafecto político sufrido por su líder Aguado, contará con el apoyo externo de Unidas Podemos y Más Madrid y significará la constitución de un Gobierno de Coalición PSOE-Ciudadanos presidido por Ángel Gabilondo con Aguado como vicepresidente.
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