La verdad es que la derecha española, trufada desde hace años con los tristes, grises y ocultos deshechos de la extrema derecha franquista, lleva años engañando a los españolitos de a pie, incluso hay lugares como el País Valencià donde desde hace décadas han atontado a la mayoría de los votantes para que, a pesar de las trampas de trilero que el Partido Popular utiliza, se les siga votando mayoritariamente entregándoles los destinos del futuro de un país al que la mala gestión y las ansias de latrocinio de la muchachada de la gaviota han llevado a la quiebra, el desánimo y casi casi a la desaparición como país. Y a pesar de todo ello hasta hace pocas fechas las encuestas seguían hablando de un triunfo de las listas, preñadas de corruptos, del PP en las elecciones. Y a algunos nos daba la impresión de estar viviendo en una tierra en la que los políticos de uno y otro signo, con la colaboración de la milicia y el gran capital, era ya tierra quemada y sembrada de sal en la que nunca más podríamos ver un, aunque fuera lejano, horizonte de esperanza.
España durante años ha sido una tierra de promisión para ladrones, estafadores y corruptos de toda laya. Llevamos décadas viendo, sin que el rictus se nos altere, cómo desde las altas esferas de la política hay todo un ejército de aprovechados y sinvergüenzas que sin ningún tipo de rubor vienen incrementado sus cuentas corrientes, especialmente en Suiza, Andorra y otros paraísos fiscales, amparados en los pliegues de los cargos a los que la democracia y los votos de sus conciudadanos les han llevado.
>b>Gürtel, Bárcenas, el Bigotes, Correa, Brugal, Cotino, la Diputación de León, Malaya, Enrique Ortiz, la familia Pujol, Millet, Montull, Bustos, Rato, Blesa y tantos otros nombres ya son familiares a la mayoría de la ciudadanía, llevan años protagonizando las noticias de tribunales de los telediarios. Algunos incluso son en estos momentos carne de presidio. Pero la ciudadanía continua teniendo la impresión de que aquellos que están situados en lo más alto de la pirámide la corrupción nunca pisaran la cárcel ni una foto con su maltrecha figura quedará jamás en los archivos policiales. España ha llegado a los puntos más altos de la corrupción, por las venas de una democracia bastarda que nació sin romper con las ataduras franquistas ni apartó del poder a los corifeos del dictador Franco sigue corriendo la misma podredumbre que corría por los despachos del franquismo, después de casi cuarenta años de dictadura hemos vivido casi otros cuarenta de democracia secuestrada en los que han seguido mangoneando el poder y las finanzas los hijos y nietos del franquismo que, para disfrazar la situación de robo y expolio de las finanzas públicas, de cuando en cuando se han dejado acompañar por otros sinvergüenzas disfrazados con la camisa de la democracia, la derecha para tener una excusa para arramblar con todo abrió una ranura para dejar entrar a algunos ladrones con disfraz de demócrata de toda la vida.
Aquí, desde las altas esferas y desde los despachos de los partidos mayoritarios, ha afanado dinero público todo dios, incluso desde la Casa Real se ha aprovechado el nombre de una Corona, nunca puesta a consulta de los españoles, para atracar con ordenador, bolígrafo de oro y apellido ilustre como es el Borbón la caja pública. Y mientras toda esta caterva de piratas, ladrones, sinvergüenzas y delincuentes de cuello blanco asaltaba las cuentas corrientes de Ayuntamientos, CC.AA y hasta incluso Gobierno de la nación, el pueblo miraba, a veces sorprendido y estupefacto, como el latrocinio oficial se venía llevando a cabo mientras la Justicia iba alargando el tiempo en espera de mejores tiempos para los delincuentes, y si no llegaban esos buenos tiempos, el Gobierno del Partido Popular destituía policías demasiado curiosos e incómodos y cambiaba jueces a los que consideraba enemigos, e incluso a algunos como el juez Garzón los condenaba a las tinieblas con la ayuda de togados paniaguados que en lugar de aplicar justicia se dedican a lamer el culo del poder a la espera de prebendas y cargos.
Y ante este triste panorama de un país vendido al capital, para muestra los centenares de millones pagados a Florentino Pérez por el tema “Castor”, y donde los políticos pasan del escaño a los cómodos sillones de los Consejos de Administración de las grandes empresas del Ibex 35 mientras muchos ciudadanos pasan penurias para llegar a fin de mes y la pobreza infantil crece, los desahucios siguen siendo el pan nuestro de cada día, el Gobierno rescata bancos con nuestros impuestos mientras hunde en la miseria a los más desfavorecidos aparece, cual nueva Virgen María patrona de la mentira y los ladrones, María Dolores de Cospedal, la dama de hierro del Partido Popular, para acusar a todos los españoles de corruptos diciendo que “hay tanta corrupción en los partidos como en la sociedad”. A esta estricta gobernanta del PP no le ha hecho falta vestirse de cuero y armarse de grilletes y látigo para azotar a los ciudadanos, simplemente ha tenido que utilizar esa lengua viperina y envenenada que Dios le ha dado para lacerar a tanto y tanto ciudadano que estas Navidades no podrá regalar nada a sus seres queridos ni tan siquiera habrá podido comprar un décimo de lotería para ver si la suerte cambia su vida. Pero claro todos estos ciudadanos no llevan años recibiendo “•sobres” con dinero negro como esta señora y sus conmilitones de ese Partido Popular del que ya sabemos que es un inmenso pozo negro en el que reposan las aguas fecales que desde la calle Génova llevan años defecando. No, Mari Loli, los corruptos sois vosotros, simplemente mira las hemerotecas o date una vuelta por los alrededores de Madrid o por el País Valencià, pero lleva una máscara antigás para evitar el olor a mierda que se desprende de todos los sitios donde lleváis años gobernando entre aromas de corrupción.
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