La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina del Sacramento ha publicado una nota sobre la imposición de la ceniza en tiempo de pandemia.
En esta notificación, la Congregación marca cómo debe celebrarse este año el rito de la imposición de la ceniza: «Pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirige a los presentes, dicho una sola vez para todos la fórmula del Misal Romano: "Convertíos y creed en el Evangelio", o bien: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás" .Después, el sacerdote se limpia las manos y se pone la mascarilla para proteger la nariz y la boca, después impone la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acerca a cuantos están de pie en su lugar. El sacerdote toma la ceniza y la deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada».
Por lo tanto, este Miércoles de Ceniza no saldremos del templo con nuestra mancha gris en la frente, pero su significado de arrepentimiento y de conversión estará presente en todos los fieles.
Con la celebración del Miércoles de Ceniza se inicia el tiempo litúrgico de la Cuaresma, es decir, el tiempo de preparación que tenemos los católicos de cara a la Semana Santa.
Al igual que el año pasado, muchas diócesis del territorio español ya han comunicado públicamente que este año, al igual que el anterior, las procesiones y las estaciones de penitencia han sido suspendidas a causa del coronavirus.
Esto no significa que la Semana Santa se suspenda. La Semana Santa jamás podrá ser suspendida, porque la Resurrección y la Salvación de Cristo, es una realidad que sucede todos los años y que podemos experimentar en nuestro interior con oración.
Las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, a fecha de hoy, no han sido suspendidas, pero si así fuera, viviremos el misterio pascual como el año pasado, a través de las redes sociales y de los medios de comunicación.
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