Un suma y sigue del postaznarismo que se introdujo en Valencia con la llegada de Zaplana, gracias a los buenos oficios de su buen amigo Carlos Aragonés, dueño y señor del famoso cuaderno azul de José María Aznar.
Y con él “llegó el escándalo” al más puro estilo de Vicente Minnelli. Allí se ha visto y vivido de todo en las filas del Partido Popular, porque el nuevo Presidente dio un giro de ciento ochenta grados en la composición de su grupo de confianza rodeándose de los personajes más variopintos. El famoso “Clan de Valladolid”, que rodeaba a Aznar y le ayudó en su salto a la Presidencia de Castilla-León y posteriormente a la del Partido Popular, encontró en la Comunidad Valenciana el caldo de cultivo para sus aspiraciones.
Asesorado el recién llegado Presidente Zaplana por los “sabios de Génova”, hay que sacar a colación como uno de los ejemplos más destacados la contratación de Rafael Blasco, un antiguo militante del PCE y los FRAP en su época de estudiante, y militante socialista perteneciente a una saga familiar de la izquierda valenciana. Fue Conseller de Presidencia durante el mandato del presidente Lerma, que lo destituyó al ser denunciado por sobornos y otros asuntos. Pero a Zaplana le venía como anillo al dedo, para sus manejos, tener un experto en política local conocedor de la comunidad, aunque esto fuera como “meter la zorra en el gallinero”. El caso es que Rafael Blasco también gozó de la confianza del Sr. Olivas, que sucedió a Zaplana; y de Francisco Camps, que le nombró tres veces Conseller, a pesar de las recomendaciones de Génova para que le apartara del Gobierno valenciano. Blasco se mantuvo en candelero, y en la Generalitat Valenciana, hasta que Alberto Fabra lo destituyó por estar implicado en el “Caso Cooperación”, amén de otras denuncias contra él.
Como este caso, un suma y sigue de personajes de diversa índole, algunos arribistas alarmantes. Se dio el caso curioso de un señor que al percatarse del auge del PP en la Comunidad Valenciana se hizo amigo de unos cuantos populares, entre ellos varios de los imputados actualmente, para asistir a un mitin en Liria, donde intervenía Federico Trillo para ver si tenía suerte y entablaba amistad con él. A los quince días justos fue nombrado alto cargo de la Generalitat Valenciana; y allí sigue, por cierto.
Otro suma sigue fue la invasión de las huestes de Oscar Alzaga en el PP valenciano. Como ejemplo, a Valencia vino un señor, destinado con una oposición aprobada, que, nacido en Madrid, entró en política con la UCD. Sus pretensiones personales y políticas eran, en primer lugar casarse con una marquesa o dama de alta alcurnia que le posicionara adecuadamente. Y finalmente sus anhelos no han sido otros que intentar sustituir al actual Presidente de la Generalitat, ahora en funciones. Y es que ésas eran las pretensiones de los jovencitos de la extinta UCD de la época. No es aún el momento, pero tiempo habrá de hacer una lista con los “sujetos en cuestión”, para relatar los resultados de sus hazañas políticas, y de enunciar sus premios: Cargos Orgánicos en el PP de la Comunidad Valenciana, Direcciones Generales, Secretarías de Estado, e incluso Ministerios.
También suma y sigue, la incorporación de Juan Cotino, que en Génova creían "monedita de oro". Su alistamiento a las filas del PP se produjo en un viaje a Estrasburgo del Comité Ejecutivo Provincial presidido por Vicente Sanz, actualmente imputado y con petición del fiscal de 24 años de cárcel. Pero Don Vicente Sanz, le elevó a las alturas institucionales... Y ahí ha seguido haciendo
de las suyas, unas acciones que le han llevado a estar denunciado en la trama Gürtel, acusado de prevaricación y tráfico de influencias por supuestas adjudicaciones irregulares de subvenciones de la Generalitat a empresas vinculadas con su familia. Entre sus logros cabe destacar su nombramiento como Director General de la Policía, supuestamente ajeno a su relación con miembros del Opus Dei.
Más suma y sigue: Los manejos de Alfonso Rus en la Diputación de Valencia. Las torpezas de Carlos Fabra en Castellón. Los negocios de la Alcaldesa de Alicante Sra. Castedo. La vinculación del Ayuntamiento de Valencia en el Caso Noos. La particular gestión de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Y, como amén no cerrado, la peculiar construcción de Terra Mítica.
Los anteriores suma y sigue no agotan el grupo, sólo son una muestra no ligera de lo ocurrido, convertido ahora en espinas políticas de los populares valencianos.
Después, de aquellos polvos vinieron estos lodos.
Al Presidente Fabra se le ha ofrecido la ayuda de militantes de prestigio y con solvencia para tratar de solucionar los problemas que había a su llegada a la Presidencia de la Generalitat, pero ha hecho caso omiso.
Se han despreciado a las bases más sólidas para favorecer a los que han ido trampeando para ayudar a mantener sillones. Y con ello se ha perdido el “granero de votos” que ha sido la Comunidad Valenciana para el PP, ahora difícil de recuperar.
En conclusión, los casos Gürtel, Blasco y Cotino, la detención de Serafín Castellanos, los favores pagados a una sarta de mangantes, que se han acercado a la filas de PP con el propósito de beneficiarse, son las bases en que se asienta el resultado de esta debacle electoral.
Es la justa respuesta a la falta de consideración y conocimiento con un electorado que, suma, sigue y aún es fiel a sus convicciones.
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